martes, 23 de diciembre de 2008

El Augurio De Alicante

Sonò una vez la trompeta en la medianoche
y dejò caer su cuerpo sobre la hierba.
La fria ala del sueño cobijò sus pupilas
marcàndolas con el signo de su desdicha.
Mientras que la luna seguìa un curso desafortunado
su lengua comenzò su letanìa marginal.
El presagio convertìa su irreal forma
en la màs pura de las realidades.
Moribundo, protegido sòlo por los entes
recobrò el calor de su sangre, tan intenso como el de un maremoto.
levantòse, cogiò su trompeta e hizo un gesto a la aurora
aquèl castigo enfermizo, le habìa parecido un regalo divino
de algùn dios pervertido.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Espiral


Agitado espiral muévete,
Inclínate hacia donde desplomes...
¡Camina y déjame morir!

Esta vez yo perdí el danzón con él,
aposté el amuleto de mi abuelo,
y las cornetillas que encontré en el mar.
¡Mi mar, mi cielo y mi azafrán!
Abandoné todo por la jugada de Clío
quiero un espiral... la historiografía de tu siglo
¿Dónde dejaste la piedra lunar?
Aquí ni el Sol me calentó cuando amé,
¿Dónde desaliñaste a mi madre?
Hace tiempo que no sé de su seno
ni de su voz...

Alguien me habla,
alguien me quiere gritar,
gime y gime, donde no hay voz
(y la voz no existe)
Alguien me quiere decir un extravío,
gime y gime, donde no hay un eco,
¡El eco ya falleció!
Todo me dice que el espiral cambió de ruta,
el lugar directo para los asadores de los toros,

¿No hay carniceros en el bosque blanco?
Por algo mi viejo mundo me protegió con su esfera,
allí estoy, protegida de los halcones corazón-buitre,
el resplandor de una cuerda oscura se deshace
¿Dónde quedaron las tasas finas de la reina ultramar?
Mírate, rodeáte de quien regresa del casino antiguo
Mira mi fotografía... me ahorca Clío...

“Ya has visto demasiado, tu futuro,
el presente lo has olvidado con el Edén,
anda vuelve, que te necesita tu Secoya”

A volver con la majestuosa necesidad marxista
¿Mis trenes, mis industrias extranjeras?
No gracias, no repetiré lo mismo
¡Y se repite el consuelo de los esclavos!
¿Dónde está nuestra oración gregoriana?
No más cantos latinos sin haberlos soñado,
cantar a una desilución, eso no es música,

¿Y mi esperanza, Clío? Repetimos la misma historia,
cálmate pequeña rebelde, debemos evadir el cinetismo,
seamos diacrónicas, aparte de diantres o dianas...

La pesadilla del némesis despierta ¡Déjame mujer vulgar!
corramos a encontrarte un nuevo rostro,
nos estamos creyendo de las mentiras existencialistas,
¡Que la moral y la verdad son un eco que acaba de revivir!

Alguien me llama,
alguien me alza a la tumba del fonético ruso,
alguien me caza,
gime y canta, gime como aguja de oro,
alguien me despide,
alguien me da la bendición,
gime y gime ¡falleció el dolor!
Ahora regrésame al presente Clío.

Ya viajé demasiado contigo,
a volver en el espiral,
deslizarte en el cielo de barro,
en el agua verde que te quiero verde...
Allá la pantera se hace la inocente
allá... donde todos sonríen
y tienen fe en conocerte como el más alto monte.

Espiral amor frío ¿me quedo contigo?
Nunca sé cuando vivirás a mi lado,
duédate dentro del televisor
para poder mirarte en días diezmo
¡Alguien nos sigue,
Y de un cascabeleo me aniquiló!

Agitado espiral múevete,
Inclínate hacia donde desplomes...
Camina y déjame morir...

domingo, 21 de diciembre de 2008

No queda piedra sobre piedra
Sólo la rota memoria
No quedan ya las ilusiones
Sólo... una pila hecha de eones.

El golpe de tambores se ha ido,
Lejos a tierras aún vivas

Aquí solo renacen las moscas
solo deambulan aun las fatigas

Hojarascas doblemente muertas
Charcos de cenizas mezcladas con arena
Vinos olvidados bajo las tejas

El crujir de la muerte ajena
Resplandor de materia funesta

Lajas todas cubiertas de lágrimas
Estribillo de mis lamentaciones
Lagarto de mente suicida
Un espectro sin limitaciones
Testimonio de nuestras vidas

Se necesita un maestro
Para descifrar la abogacía de las ruinas
Que es como un secuestro

¡Oh, Sol que todo iluminas!
Bajo la sombra de nuestros días
Dime si algún día regresarán nuestras risas
O, como si de polvo fueran se borraran
Nuestras huellas sobre las colinas
Y sólo nuestras ruinas nos sobrevivirán

sábado, 20 de diciembre de 2008

Fragmento Castigo de Venus

— ¡Mátalo!
—Es en contra mi voluntad...
— ¡Mátalo! Cercenéalo hasta que se evoque a su pasado y se arrepienta del puente donde pisó. Quítale cada uno de los recuerdos, los que no he podido olvidar. Ahógalo si quieres, desintégralo e invítale al arrepentimiento. ¡Si lo hizo Virgilio que lo haga entonces Aragón!
— ¿Cómo saber su nombre?
Entonces Dédalo tuvo ataque de remordimientos. Era como si fuese el arma de un pensante imbécil. Reconoció el fugitivo en el Teatro "Purgatorio", en ese evento que nunca quiso ir y fue, por Dana. El rostro de la joven se opacaba, se nublaba en cuatro pertinentes esferas, o más bien, rígidas líneas, negras, zigzageadas o en contornos invisibles. Esas líneas de llanto, odio, amor, alevosía, tal vez rencor... lo más conveniente, rencor. Se hacía pobre, humillada, una bestia, como lo fue Aragón con ella en tiempos invernales...
Allí me tenía entonces la desgraciada, sin saber cómo soltar el coraje que me tenía. Yo inconsciente, claro, ellos no sabían que los escuchaba, yo era el descarado. Sus ojos ráfagas me ardían las nucas y las yemas de los dedos, anteriormente fue una sensación de placer, ahora ni siquiera sé que es lo bueno de la vida. ¡Cómo me burlaba de la imbécil! Pobre niña, pequeña rencorosa e inestable, infantilerías ¡Cómo ese hombre podía andar con esa criatura! Ni yo mismo me explico cómo logré quererla... ¡Ah! Sí, igual el recuerdo de Alemania con la epidemia de ratas... ¡La gente me señaló de culpable! Ni siquiera sabía que hacían pan. Sí... me apoyaron sobre la mesa y allí amenazaron con un hacha... esa mujer me defendió tanto que de agradecimiento le concedí un hijo -¿por qué tuve que mencionarlo?- y su marido ¡Me quería partir en dos! Y ni lo hizo al fin de cuentas... si sobreviví de un herrero ¿Cómo no podré sobrevivir de una doncella?
— ¡Mátalo!
— ¡No lo haré!
— ¡Lo mataré entonces!
Entre el escombro de las llamaradas encontró un pedazo de metal, fundido, en color naranja mar. Se armó de valor y lo poseyó. Sus ojos más iluminados que la lluvia de asteroides se acercó a la víctima anteriormente su verdugo y con el llanto de su corazón -la memoria de que lo quiso- alzó el arma y lo tiró en el estómago del inmortal. El grito fue el impulso para seguir con la tortura.
— ¡¿Estás loca?! ¡Déjalo en paz!
Dédalo la tomó del abdomen y la alejó de su enemigo. Ella pateaba y se rebelaba: quería cumplir con su cometido.
— ¡Deja que lo mate! ¡Él lo hizo cuando fui joven! ¡Deja que yo me encargue...!
— ¡Tú no serás la que pague sus crímenes! ¿Matar al asesino más fuerte de los tiempos! ¡Mil veces se te cargará la cuenta, más de lo que tú crees!
Pobre tonta.
Dédalo la tenía en sus brazos, protegiéndola del demonio. Huyeron del sitio. La consolaba. Lloraba a su lado.
Mientras tanto me deshacía entre las cenizas del pasado... otra vez ella me aniquiló.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Dêsîderium Aeternum

Dêsîderium Aeternum

Seguí su canto profundo en la alborada, los ecos solares que rasgaban el color, partiéndolo cristalizado, ceñido a la nada, la incoherente satisfacción umbilical destruida, el placer aberrante y antitético alzando sus portentos siempre encaminados hacia la orilla de un mar viscoso, un mar muerto que no se comporta, que solo ruge, que solo me enviste, que solo despedaza mi cuerpo aniquilado, que toma mis miembros y los deja flotar levemente, que rosa su espumoso éxtasis sobre mi cara, que algunas veces lleva consigo otros pedazos, retazos de cuerpos, de sueños, de esperanzas nulas, de verdades inequívocas, y universales, pero falsas, faltas de fe y de cordura, simple palabrería atona, simplemente un cuerpo extasiado en el estertor agónico de su partida, una conciencia reminiscente que se cansa de renacer, que decide sentirlo un poco mas, que decide anclar su memoria, y lo logra, solo por poco se le va de entre los dedos acalambrados, cuales tentáculos de su forma primigenia, de su protoexistencia como ser inequívoco del vacío, y asi vive y reanima, proyecta y ensalza sus grandes vidas, sus innumerables ayeres, sus cuantiosos logros, vidas efímeras que no logran asirse a su corazón, uno apertrechado con remaches de oxido flamígero, con alegorías titánicas, con música de silencio, donde la pauta caracol se extiende como su mano yaciente ante el océano, donde su infancia se va arremolinada en el Helter Skelter, donde los lucífugos personajes de su inexiste vida se vuelven famosos, allí acurrucado sosteniendo una Quasi-eterna posición fetal, yaciendo en un charco de liquido amniótico, ahorcándose en su propio cordón, tratando de parar el vasto llano de lagrimas en el que habrá de encarnar, solo para hacerlo otra ves, solo para ser la voluntad de una karmika conciencia, disfrutando este como si fuera su ultimo aliento, como si su energía pudiera al fin descansar y no renacer, no mas!, aun en mil cuerpos habrá de llorar, y amar, y clamar, y tenerla a ella siempre en alto, ella la que nunca lo recoge, la que lo manda a morar de nuevo, a aprender nuevas lenguas, y costumbres. Que daría por ser simple humus en el vacío… lo que daría por ser nada, por se la ola que se lleva su carne, ser la sal que devora sus entrañas, ser el arma que termine con su alma, ese regalo imperecedero que lo ata eterno, seria pues solo un sueño, uno virgen, uno que se devoré a si mismo, y lo termine… hasta las estrellas mueren algún día, podría tal ves ser una, un remolino, una cumbre que se despedazara ante el martillar del tiempo, una nada, debería haber nacido como bruma y perderme antes los rayos de cada sol.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Vaho

Una sílaba se construye, el cuento divino se escribirá otra vez. Un mar, quiero ver el mar.
Si fuera una paloma, me dejaría tomar de los brazos de un águila, aunque sea fría como el pasado inhumano. Un mar. Quiero ver el mar.
Deshazte de los espirales que evitan los pasos. Confía, déjame. Hay un cielo entre dos piernas, y tu mano es más rápida que el ojo de Dios. Deseas llevarme a tu mundo, yo… únicamente quiero ver el mar. ¿Nunca lo has visto con esta mujer de nieve? Quién lo diría. Existe el frío, y no soy la primera en quejarse. Despunta. Toma mi espalda. ¿Enurta,[1] me dejarás como cada luna? Vete a pelear entonces. ¿Quieres llevarme guía maldita de las armas? Yo quiero ver el mar. También quiero verte.

Un blanco en el cielo se disfraza en un egipcio
¿A dónde desea llevarnos?
Quiero danzar esta noche contigo
Hace años que no estamos juntos, Enurta.
¿Dejarás a tu Anat
[2], a cambio de goce personal?

¿A dónde irás a pelear?
¿Dónde irán las reinas de hielo
Cuando el Sol es la tiranía del devenir?

¿Dónde dejaste la piedra solar,
Dónde quedó el egipcio que sacrificaríamos
A cambio de comer nuevamente a la Luna?

Enurta, escucha lo que te suplico. Poséeme, diles a los Utukki[3] que se vayan al demonio. Hazte de esta fertilidad lo que los destellos de septiembre desearan concebir de los martes febrerianos. Con el danzón que nos inventamos podemos causar celos a los suelos de Roma. Mesopotamia nos quiere. Yo te quiero. ¿Y te irás de todos modos, irás por la guerra? Eres cínico. ¿No ves que nos conocimos en una batalla universal? Vamos, muévete, de la frontal hacia la cintura, sin acentos, sin sinalefas que eviten constelaciones. Detén el coagulo de las heladas cicatrices y creamos un tatuaje, la huella que inventará un nuevo pueblo. ¿Quieres hacerlo conmigo? Hace frío, cobíjame.

**
Lárgate. Contábamos las estrellas. Ya no te encuentras en esta cueva donde me evoco al pasado. ¡Lárgate espectro del inframundo! No debes recordarme que tengo una espada. ¿Para qué regresas si ya no eres parte de esta aurora, a dónde quieres llegar, cuando nunca quisiste estar a mi lado? Ya te moriste en tu guerra, y yo gané la partida anterior. Me dejaste el sueño dorado en mi ombligo ¿Qué no pensaste, antes de morir, protegerme de las afueras invernales? Púdrete, muérete las veces que sean necesarias. Muérete. ¿Quieres ver la nada? Me preguntaste. Yo no quiero verte en el espiral negruzco. En el nuevo ciclo de la cuarta reencarnación está un mar. Quiero ver el mar.



[1] Enurta, Dios de la guerra. Mitología Mesopotámica.
[2] Anat. Diosa de la fertilidad y la guerra. Mitología Mesopotámica.
[3] Utukki. Demonios del infierno. Mitología Mesopotámica.

martes, 9 de diciembre de 2008

Nercolepsia IV

Un grifo ensangrentado
Reclama su pétreo trono
Sobre mi olvidada tumba
El óxido de recuerdos
Mella las ruinas
De abandonada melodía
La matanza de los ceros
Ojos amenazantes
Luz de mediodía...


*agradecimientos a Artemisa por las correcciones

domingo, 7 de diciembre de 2008

Tango de Loki


Danzar contigo es como la fa que se desquita. El hálito nos invita hasta retroceder en la siguiente casilla. Levantas el vuelo como pájaro solitario e inicias con la jugada de peón marino. Posees mi mano, la arrebatas de mis brazos y la entrecruzas con las yemas de tus dedos. Inclinas el cuerpo y te mueves con la pieza sin renconres. Dos puntos: la sombra nos observa para encerrarnos en su pesadilla. Siguen los dos puntos, y el cobrizo de tu piel se injerta en mi conciencia, un trasplante de glándula.
La sombra es el recuerdo íntimo de los danzones del siglo pasado. Bailando nos entendemos, y también los rencores se aparecen en el cuadro de la acción. Muévete, me dices, no queremos que esta noche nos detenga la culpa de un amor que nunca fue. Eres el viento de Thor, Loki no te hará nada malo. Lo observas. Desprendes de mi cuerpo tu fría mano y de tu espalda aparece una espada. La desnudas de su guardián y con sincero arrepentimiento te acercas al enemigo. Lo apresas, lo acosas como licántropo y sin suspiros ni ademanes, alzas la espalda hacia la mitad del mundo, y sin desmoronos le trazas el destino que debe llevar en toda su incógnita vida. Desploma, retuerce de dolor... el fuego de su espíritu lo consume a sí mismo.

Armonía, mueves la pieza a tu costado, nos retrocedemos: acordes mágicos. Detienes el paso, me posees de nueva cuenta, te haces de mi mente como si fuese el cofre de Pandora y desarmas el cuerpo frío de esta doncella. La devoras en menos de dos noches y el aplauso concluye con un adiós. Danzar contigo es como destituir a fa. Fue un placer haberte conocido en el tango de Loki.

sábado, 6 de diciembre de 2008

¡Alzaos hijos de la maldición!
Derramad la copa de la victoria
sobre la espalda de la venganza.

Fornicad con la neblina de vuestra perdición

¡Derrotad toda mentira hecha de luz!
Y derrumbad la cúpula celeste,
que al caer, se lamentara
entre el rugir de nuestras risas.

¡Alzaos hijos de la maldición!
Porque somos muchos
Y nuestros puños ensangrentados
derrocaran a los necios
victimas de sopores enlutados

¡Bramad al cielo, alzad la manos,
mirad sonrientes hacia el vacío
y reclamad vuestro verdadero legado!

Tòtem

Tòtem nativo de las alturas ecuatoriales
contingente àspero y terrenal.
La gran rueda del universum es proclamada como su diosa
mientras que el punto exacto de su cosmos pretende mutar
y elevar a criaturas indelebles a la superficie de vishnù.

Aleatoriamente los espasmos abren sus inhumanas verdades
y deciden sepultar a sus cangrejos amarillos
ahora que los actos circenses retiren a la multitud
podrà sentirse la euforia del omkara.

Reducidos a hombres miniatura
las esfèricas llamas arden dentro de sus pieles chamànicas
perdidos en el umbral, la espesura de las bestias
recupera el tamaño de antaño.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Narcolepsia III

Derrumba los estertores
Y vislumbra una estrella
Golpes de chelos persiguiendo tu sombra
…rugen miles de sombras
Jirones de luz aun puedes entrever colgando de la copula cerrada
Sacos todos llenos de miradas
Y rencores inconversos

Gatea hasta la sala paterna de Upsala
Y reclama el manto sideral que pertenece a la sangre divina
Recorre los rincones y los vértices del universo
Porque la verdad se ha sellado

¡Se como el galafante* y proclama el olvido!




*galafate. Ladrón sagaz que roba con arte, disimulo o engaño.

domingo, 30 de noviembre de 2008

El Castigo de Venus (Fragmento)

La puerta era de madera al tocarla se filtraban las termitas. De abajo hacia arriba se recorrió la cadena hasta desclavarse del candado. Fue para entonces que Aragón se dio cuenta que su amigo la estaba abriendo lentamente. La puerta dio paso, y entre el polvo de lo viejo, apareció el gesto humilde de su amigo.
Magdo era un hombre adulto hecho y creado para recrear memorias del pasado. Lentes circulares perfectos, nariz recta para señalar al culpable, labios cálidos y una cabellera ondulada, donde la frontal estaba repleta de cenizos blancos deseos. Le sonrió y estrechó su mano con suma corrección.
—Cuánto tiempo sin vernos, Aragón.
— ¿Unos cien años no crees?
—Con eso de que tú te encontrabas al otro lado del muro de Berlín.
— ¡Ah, cómo me lloraste! Desde los sesentas hasta el otoño del 89 cuando nos volvimos a ver. Recuerdo que dos veces te contaron como una persona muerta. Habían dicho que eran setenta y un muertos cuando fueron los sesenta y nueve. ¡Qué bien la hacías de alemán, cuando te convenía!
—Así es —reía como si la nostalgia hubiera aprovechado la oportunidad —las mentiras que nos contamos ¿Verdad amigo?
—Todavía mientes tan bien.
—Sobre todo tú ¿Pensaste que yo creí siempre que en tu cama había miel y cera para que todos los días estuvieras embalsamado? Ni te creas tanto, Alejandro Magno.
Rieron hasta comerse los dientes, la picardía primero.
En el patio de la entrada había un sauce rejuveneciendo, tomando lentamente los vapores de los girasoles. Era el centro del universo. En el costado derecho del sauce estaba uno de los tantos cuartos místicos, lo pasó hacia el comedor y cocina. Siempre Magdo tenía doce sillas y doble par de cucharas, no estaba de más tener en casos de emergencia. Las paredes oscuras para espantar a los alacranes, y sobre todo, un reloj que era la cabecera de la puerta donde se estuvo arrancada. Las manecillas se leían al revés, era especialmente para los zurdos. Tomaron asiento. La ventana estaba frente a ellos, donde se reflejaba una maldición que Magdo hizo para que nunca entraran los lagartos y demás animalejos a comerle sus flores negras: lluvia.
—Me encanta ese conjuro que hiciste —comentaba Aragón mientras sorbía su té, en punto de ebullición exacto, sin más dulce ni menos flor.
—Todo por las flores. Hago todo por mis flores. —Miraba por el reflejo. —Son las únicas que me tienen cariño, ni siquiera una mujer me viene a visitar.
—Pero tienes a Armiño.
—Claro.
Armiño era una pequeña lechuza blanca que él adoptó en tiempos de invierno. La encontró cuando ella se protegía de los humanos por debajo de una cúpula. Para entonces al hombre le encantaba vigilar el museo —antes de que lo despidieran— y su inquietud era por conocer la arquitectura. El pájaro estaba echadito, entumido sacudiendo sus alas. Lo tomó como bebé y lo llevó a un lugar seguro.
—Tanto tiempo y Armiño me hace sombra. Al menos me hace sonreír.
—Con eso de que me intentaste matar lanzándome al tsunami de Sumatra, sino hubiera sido todavía tu fiel amigo.
—Querías conquistar a la turca. Yo te ayudé.
— ¡Pero ya estaba ahogada!
—Hacerle compañía era sano. Al menos hubieras tenido una feliz navidad ¿No crees?
—Me la pasé nadando, escupiendo cabellos de los muertos. Además para entonces yo era fiel... a esa desgraciada.
— ¿Ya no son agua y veneno, tú y Yamilé?
—No. Ya no.
— ¿Y te duele tanto?
—No hablemos de la desgraciada.
—Duraste más tiempo con la de Babilonia. No le lloraste tanto.
—Pero Yamilé es Yamilé.
—Ni que haya sido la mejor vampiresa.
—Era persa.
—Esas muerden de más.
—Olvidemos a Yamilé ¿Quieres?
—Está bien, solamente dime por qué regresaste, por qué no te fuiste a Canadá, como pensabas hacerlo desde años.
—Por la desgraciada... —el ácido del reflujo recobró energías, mas Aragón pudo contener la bocanada. Tragó, amarga como el presente en el que se cuestionaba. —Ágata me avisó que ya no podía revivir, como en otras ocasiones lo he logrado.
—La primera porque tu mamá se murió en el parto y tú te ahogaste... la segunda cuando apareció la epidemia de la langosta; la tercera, en el mar. La cuarta cuando los romanos fueron derrotados por los ostrogodos... la cruzada la quinta. Segunda Guerra Mundial... ya son más de cinco ocasiones. ¿Qué no te cansas?
— ¿De?
—De tanta tragedia.
—Y te faltó el complejo de Edipo.
—Ingrato.
—No es necesario que lo digas, lo sé perfectamente. Simplemente necesito vivir, sabes que todos los pobladores sin mí, son una fuente destructiva. Entiende. Por mí has vivido, también los científicos.
—Con eso de que sabes tanto, te sientes un dios.
—No soy un dios, ni siquiera sé de dónde vengo.
—De una mujer egipcia.
—Eso dicen todos.
—Dudas demasiado.
—Algo.
— ¿Y yo qué haré, quieres renacer, que te ayude a cambiarte los pañales?
—Soy la mitad apasionada de Venus. Venus me ama y mi astro la ama... mas Yamilé dejó la maldición de Leo... entiende... para quitar ese hechizo, necesito sacrificar una chica de Venus, mi zodiaco se lleva bien con ella. Al darle el sacrificio es como si fuese una prueba de amor.
— ¿Ya no conocerás a una mujer para quererla?
—He conocido a tantas, no es necesario enamorarme de alguna.
— ¿Y qué, quieres que te presente a una mujer? De ninguna manera será una amiga... son personas valiosas, no quiero que se arrimen a un desgraciado como tú.
—Desafortunadamente la conoces.
— ¿Quién es?
Del bolsillo derecho del abrigo sacó el pétalo de adelfa, y de su palma se la entregó a Magdo. La flor había contenido polvos blancos y una fragancia inolvidable. Entonces el hombre olió, buscando el autor de ese olor.
— ¿Si reconoces quién es la persona? —Sonreía Aragón.
Seguía en la búsqueda...
—Es una niña, una criatura inofensiva, tan inocente, que, juro que ella nunca ha sido feliz con un hombre. Parece que viene de padres y de familia unida. Fina, de movimientos atolondrados y de grandes ideas, cabellos cortos.
—Dana Salas... —decía asustado Magdo — ¿Quieres...?
—Es la elegida. La única que no le causó molestias la adelfa. Conoce a la perfección las cosas extrañas del mundo y el arte en general.
— ¿En serio quieres fragmentar a esa bella mujer?
—Esa niña es la que tiene lo necesario, naciente de Venus noble, majestuosa, imbécil. Ella caería fácilmente a mis brazos, tal vez daría la vida por mí.
—No lo hagas. A ella no le hagas nada malo.
— ¿Tienes otra posibilidad?
—No conozco a otra dulce mujer semejante a ella. Simplemente es hermosa.
— ¿Qué prefieres, tu vida o la de ella? De todos modos si no me ayudas, yo moriré, igualmente tú, y los de la secta Corvus ¿No quieres vivir otro tiempo, ser el científico que siempre has sido?
—Pero ella no lo merece —calló —. Es hermosa, es gentil, tiene energía de la que quisiéramos tener. Un poder excepcional. Apenas es una joven de dieciocho años. No tiene por qué pagar platos ajenos. Me rehúso.
— ¿Y qué harás para impedirlo?
—Comerte.
—Primero mira tu brazo izquierdo. Levanta la manga y verás lo que nos ocurre.
Obedeció. Levantó lentamente la manga y de la primera vena vista de la muñeca se iba formando una raíz de piedra. Al ver que la raíz se iba abriendo, seguía el camino hasta toparse con un pocillo, un hoyo negro que se hacía en el doblez del brazo.
—Nos estamos desintegrando —decía Aragón, serio. — ¿Quieres seguir muriendo?
Magdo se veía impresionado, asustado. Todavía tenía algunas pruebas que presentar en los laboratorios, hasta obtener un reconocimiento sobre su investigación. Se aferraba, el dolor era extenso, demasiado para su realidad.
— ¿Ella es la elegida?
—Así es, la elegida.
— Tengo miedo...
—Yo también. Todos dependen de mí... ¿Prefieres ver a diez mil muertos, a una muerta, a cambio de un sacrificio necesario?
—Ella.... ¿Por qué ella? Pequeña luciérnaga, llena de ternura, de conocimiento, de poder... ¿Por qué tuvo que ser?
—La única capacitada...
—No hay mujeres de esas en esta vida... en mil años no encontrarás una como ella.
—Eso siempre me han dicho, y en cada camino, siempre hay una serpiente que envenena, aunque sean pequeñas dosis.
—No estoy refiriéndome a eso. Me arrepentiré de esto... pero si es por Corvus, y por muchos, debemos sacrificarla.
—Eso es lo que he aprendido en toda la vida: no tener corazón para uno, sino para miles. ¿Qué pasa si ella muere? Será únicamente un abono para la tierra, una pequeña fracción mundana. Por algo no deben temer a morir: son nada. La nada verdadera.
—Ha dejado tanto en este mundo.
—Malo que no lo haya hecho. Ya hizo lo necesario. Ahora es necesario que sirva para algo, de manera material. Debo dar su sangre, y convertirlo en una sustancia en honor a Venus. Quiera o no, es nuestra salvación.
— ¿Y qué quieres que haga?
—Dámela, solamente quiero tratarla. Y cuando vea que ella se encadena, la poseo, le doy muerte, como en varias ocasiones hemos dado a los que no merecen vivir.
—Ella merece la vida.
— ¿Qué me gano con eso? Solamente es un humano. Una criatura distraída.
—Algún día dirás lo contrario.
—Perdóname. Necesito conocerla. Llévala a donde vaya, dame todo lo que sepas de ella. Su dirección de casa, a dónde va cada mañana, tarde y noche. Decirme todo.
— ¿Sabes dónde estudia verdad?
—Sí.
—Trátala allí entonces.
—Tráela el sábado. En el lugar donde siempre nos encaminamos junto con César. Este sábado debo tratarla, y ella debe enamorarse.
—Me sentiré tan mal...
—Es el ciclo de la vida... ¡Vamos! Hemos visto morir a muchos seres queridos, no creo que sientas tanto por una damita.
—Fíjate que sí lo sentiré.
—La vida sigue... bien, tengo que retirarme, acompáñame a comprar la cena...

El Hereje (Fragmento)

La cantera había dado sombra a la ciudad sin tomar en cuenta el crepúsculo creciente, no le importaba cual ánimo estuviese el anochecer, simplemente se dio por cuestiones matemáticas del cielo. El pasadizo secreto jamás había sido descubierto, al menos eso siempre creí, los mismos vampiros lo usan para esconderse de los cazadores. Yo no lo he optado para ello, simplemente es el sendero que lleva a mil caminos, a veces por ningún sitio, sin embargo, el perderse por la atmósfera hace que se pueda reconstruir las fases del atardecer. La sal era un elemento para la magia, también la pimienta, algunas ocasiones era el algodón y la plata —pocas ocasiones—, todo el dulce de este ilustre campo no es más que la que uno dibuja en su contorno. Me duele el brazo, también la hiel, un poco más la primera. El golpe fue cuando de voluntario me condené:
— ¡Oigan soy hereje!
No me creyeron, tanta belleza en ese rostro tan fino no podía ser sincero. Me dieron veintidós días para juzgarme, nunca conocí a la mujer, ni tanto por la condenada alquimia, simplemente decían que si hacías tal acción eres considerado hereje. Durante un mes me dejaron y me invitaron al sermo generalis... fue gracioso, sobre todo el castigo que el veredicto me dio:
—Garras de gato.
No me dolería, obviamente. Raspones, pulsos, cuchillas que se injertaban en la piel, deslizo lento, evaporando el agua contenida en la cutis. Lentamente formaban el tatuaje, y así, levemente, me deshacía en el dolor infinito, habiendo muerto, como se suponía que debía morir.
Pero no, como siempre, nunca muero...

domingo, 23 de noviembre de 2008

Melodrama (Complejo de Edipo)

Te quiero extrañar
sin melodrama,
sin previo aviso,
solamente te quiero extrañar
para cuando regreses
vuelva a abrir el libro prohibido:
la necesidad.

Té Inglés

Empaca, lo prometo, no diré tu nombre
quédate en todos los sueñosy vete cuando mis ojos no mueran
¿por qué irse cuando está Pompeya, Camelot, Babilonia, Berlín y el Álamo?
Y Yo.... que te adora
¿por qué irse cuando están las fuentes
los calendarios, los versos y las estrofas?
Empaca
Prometo no decir tu nombre
¿No quieres dormir en el mismo techo?
Soy tu persa, tu lobo, tu oído zurdo
puedo cuidarte en madrugada con estrellas solares
Empaca
No prometo decir tu nombre
Empaca:
Hoy el té está muy frío.

Líbido

Tomo de tu cuello
hasta embriagarme con el acidez del anís
¿Estoy buscándote?
No es necesario aclarar que te necesito
¿Cómo terminar la polifagia?
Solamente con el beber de tu país
Soy xenofóbica,
pero contigo hago la excepción...

¿Dónde quedaron nuestros sabores?
Las cajas del baúl están secas
y vosotros no somos creyentes de Rasputín
¿Dónde quedó el maíz
si de ese maíz solamente consumimos la cursiva del vaso?

Solamente necesito de vos
y de tu voz no hay un eco híbrido
¿Qué se hizo contigo el manantial?
Afrodita me lo negó
y Thor siempre me pidió que de ti no bebiera
¿Soy Dionisiaca, o Polifagia?

De esta noche la copa se llena
no es una gota, ni trescientas
es dos partida en cuatro:
una para la belleza de tu espalda
dos para la sombra de tu creencia
tres conmigo
y cuatro la siguiente amante.

El Tiempo

Estaba en la mitad del cielo, en la cuarta parte de una nube aurora y en dos mitades que repartían un pasado. Así que sin demora alguna seguí esperando y esperando a una persona ordinaria. Entre el suelo y la atmósfera me quedé para encontrarla, y sí llegó; lo malo es el tiempo que nunca me esperó.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Envenenado.

"El loco hierra pero no miente,
además tiene la peligrosa
manía de decir la verdad."
Leopoldo María Panero.
Cruza!!!! la esfera híbrida del rostro ajeno.
Cerrad los ojos a la conquista pálida...
Alejate de la viruela escueto escudero.
Cabalgata, clamor, rabia.
(estirpe de la culebra)
cortina inmune.
El gran usumacinta
besa los triples cuernos
del brujo (medicine man).
Fauvistas para la cena
buques de sal, nativos americanos
el conjuro impacientado de los traidores.
Aprenderás a joder tus puertas
burlarás las fronteras insanas
devastadas y perdidas.
El veneno de la última
gota blanca de su pecho
te beberás.
Y reirás como un hijo de puta
después de haber violado
el sacro misterio de entre sus faldas.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Las Variantes de la Bestia (cont.)

Segunda Visión: Concesiones

I
Recuerdo que una sombra me dio una vez un libro negro, cruel y homicida, ame sus letras y sus líneas de tinta hecha con sangre de vírgenes y deformes suicidas, allí encontré un pasaje similar a aquella ocasión que ahora recuerdo, como un homenaje a ese primordial libro…


Recorriendo los eriales astrales de nuestra perdición, añorando su funesta desolación, disfrutando de gramática depravación, devorando su onírico ser; así me hallaba un anteayer cuando escuche a tres arpías cantar con ideal melancolía, una extraña melodía:

“Por que tres veces tres no es igual a 666
y tres por tres no es igual que sumarle seis.
Por que valor mas virtud no es igual a tres
Y dos veces tres no es igual a decir 33”

- ¡Valido seria aspirar a tal sapiencia!- les dije, más las arpías desdeñaban mi presencia, así que decidí entonar un canto que forje en la ingenuidad de mí ahora lejana juventud:

“Cierzo, ve y de las oscuras aguas del leteo,
trae el que a de ser el único consuelo
de estas penosas y tristes criaturas,
su única esperanza,
una amarga ilusión,
velo de lo etéreo:
Agridulce Nepente
que Eros ciego vertió
más, condenados están,
solo un espejismo será,
un intangible suspiro,
hechizo ausente,
invocación presente.
Solo eso será:
¡Maldición!
Tristes criaturas
beberán el nepente
y han de olvidar,
olvidar y creer
aunque solo sea por un breve instante.”

Ahora las arpías rugían con la risa de la demencial concordia que proviene de la mismísima sombra y de la podrida semilla, pronto comenzaron a volar alrededor mío, sus alas de negras plumas rozaron mi rostro y le laceraron dolorosamente, pero entonces tome a una por el cuello y en sus labios de verde esmeralda implante un cruel beso, ante esto, ella y sus hermanas gimieron como lo hacen las tiernas doncellas al ser desfloradas. Entonces reemprendieron su vuelo, pero ahora iban con cara amorosa y se iban acercando entre si y a cada encuentro le seguía un dulce coqueteo, sentí la lidivinosa ambición apoderándose de las tres, ¡ah que portentosa fuerza se fue desplegando entre sus alas y mi cuello!
Emprendí el camino a una colina hecha de culebras amarillas y cráneos desgarrados, y ya en su sangrante cima grite los nombres de las tres danzantes: Desolación, Inmundicia e Ironía.
Planearon hasta donde mi voz las convoco, descendieron dándose mordiscos en los carnosos cuellos, en los suaves pero firmes senos, El velo de la fornicación cubrió las cuatro sombras sobre de la colina; disfrute dominando sus deseos, Les ame cuando me arrebataron los harapos que llevaba, cuando sentí sus colmillos clavarse en mis brazos, sus uñas rasgando las cicatrices de mi espalda, y sus lenguas quemando mi boca al tomarlas de las caderas con furiosa voluntad, las lunas muertas surcaron los cielos mientras que, desde sus muslos gimoteaban una y otra vez. Mientras sus brazos me dilataban el torso y sus alas se abrían y cerraban al compás de sus extáticos suspiros. Y vi los escorzos de sus cuerpos, mientras sus ojos me suplicaban con inmundos gorgoteos. La masa de carne y sangre que formamos siguió convulsionando todavía un buen tiempo...

Hasta que con un grito, que fue mas una percusión, los cuatro sellamos el pacto, desde entonces, ellas son mis mensajeras y yo su profeta. Yo les di una arenga un punzón y un credo; ellas me dieron un manto rojo, sobre el cual colocaron un jubón de negra piel y en mi cabeza un turbante negro, mis pies calzaron con unas botas del color de las noches, me despedí de ellas con un dulce regalo: otro canto, pero que ahora no es pertinente recordar, es para otros tiempos, tiempos de despedidas y promesas, por ahora, básteme el decir que las hermanas arpías remontaron el vuelo desde la colina ahora blanca, morada y aun mas sangrante en su cima, pero antes de dirigirse a los rincones ocultos del firmamento, desde su vuelo, me regalaron un destral y al unísono dijeron:-Para cuando nos llegue la hora del reencuentro.

-Que así sea.- Les conteste antes de emprender mi camino hacia la costa hacia donde Apolo se repliega cada noche; ya sobre la senda, vi las tres formas aladas dirigirse cada quien a un plano del desfasado infinito.

Pero aun no llega la hora del reencuentro.

II
¡Que sucede ahora?
-La luz gotea del techo
la luna emana del cielo.
Deformes niños cantan
Y giran sobre si-
¿Que cantan?
-La verdad sangra,
la carne se funde en el vacío
El dolor se enmaraña
al triste encino
El nepente trae olvido
y el cierzo trae consigo
la memoria enfebrecida
que se debilita en agonía-
¿Que vez?
Veo el Olvido en
rostros hendidos
y lugares del pasado
risas de agonía
gritos de lujuria
incansables ironías
Lagrimas enlutadas
Hojas que cayendo,
susurran desconcierto
y pasto creciendo
en toxicas mareas
Aguanieve en el cielo
Y ríos aun rugiendo-
¡Adonde van?
-A terminar con mí sueño-

III
Glorioso atardecer, tormentoso amanecer, una sucesión de luces e infinitos que aclarado van deslavando la escénica de un sueño inherente a mi condición inhumana; deseo y desdicha en una fundición de hierro, estaño y cobre, donde los gusanos palpitan entre los muros de mis vicios. Siento los herrumbrosos grilletes de la realidad esgrimida por Euclides cerrarse primero, para después exhalar y derrumbarse en un alud de fantásticos delirios, de multicolores formas, de cuerpos de infinitas y perfectas aristas, que al desvanecerse me van dejando veladuras, sobras, rincones de espesa materia, una red negra, viscosa: todo esto es, el artificio de la muerte.

¿Cual será la verdad?

Ya la gravedad se aleja dejando solo la traquea de un delfín negro…

…¡la fiebre, la fiebre!...

IV
Estaba fría madre forjada de plata y estaño, llorando ante la visión del suplicio, del tormento y de la crueldad humana; ante esto, solo una lágrima derramo, y a esta triste gota de rocío divino se le dio nombre: Piedad.

V

La hojarasca seca y muerta que piso ahora, son los restos de existencias tardías, inconclusas e inútiles:

podría ser de la tuya...
quizás también de la mía…

Negros ojos de ratas;
La parsimonia es tan común estos días, la belleza es tan escasa, la ignominia; generalizada
Un canuto para muchos es la respuesta, para otros un gran vaso repleto, para mi su asesinato.

Un ruego que se funde en el cerebro de mi otrora raza
La hojas van cayendo entonces, y en el aire van danzando al compás de tus suplicas y de mi risa. Un camino infinito se muestra ante nuestros ojos, una senda roja y ocre, en la que el viento transita entre los robles azules de las enajenadas almas

Y noto entonces, que son negras mis huellas, como la sombra que nos sigue

las hojas siguen cayendo…

Una menuda y bella joven una vez me dijo -¿que sientes?- si no se lo hubiese dicho, ella aun seguiría riendo, ahora solo es un triste recuero, una sanguijuela que se adhiere a mis suspiros…

…tristes son los recovecos de un suspiro, y funestas sus divagaciones…

-¿Que un suspiro?-

Negras risas de ratas

Los guturales cánticos de mis musas, la chispeante verdad que yace tras nuestros símbolos

Recuerdo que una vez fotografiaste a las Gorgonas que nos miraban a los ojos y pintaste la risa de la demencia

Sollozos…

Suspiros …

Los suspiros son los senos que dibujaron mis manos,
los senos que desdibujaron mis labios.

Las hojas siguen cayendo…

Y fumaste mil canutos,
pero no fumaste mis cánticos

las hojas siguen cayendo, con la risa, el suspiro y la belleza de un asesinato

…de tu asesinato.

Una hoja solitaria que aun se desliza hacia el infinito.

Un crimen que mis manos quisieron repetir, y que mis ojos quisieron recordar, tu sexo quise renovar, solo para de nuevo saborear tus dulces frutos.
Mas tu seca carne ya solo era banquete para los gusanos, me fue negada, pues a mis hermanos no me permito quitarles su justa inmundicia, Así que solo tome para mi un trozo de tu velo el que bañe con la luz de plata y la sangre que aun te quedaba, con ello forme un pálido recinto de suspiros.
Un crimen por el que un cuervo dijo considerarme un igual

A pesar de ello, el viejo sepulturero que me encontró dormido a un lado de tus restos me llamo inhumano…

¡Curioso adjetivo!; ya que a veces se le puede culpar a uno de parecer inhumano, pero jamás he escuchado de alguien que fuese culpado de parecer humano…

¿Porque?, Por que de ser así, todos serian declarados inocentes

Nadie es humano, solo algunos llegaran a ser casi humanos

Yo no llegare a ser de ellos; tampoco es mi intención el serlo

…y sin embargo siguen llamándose a si mismos humanos

¿Acaso no son ciegos?

Nos hemos exiliado de la eternidad y los que no solo están ciegos, si no también mudos, han creado mentiras de duales para ocultar su fracaso eso es la religión, una mentira para ocultar un fracaso.

¡por que se sienten incompletos!

Porque en verdad están incompletos, más aun, están solos,
Solo que no saben que en esa soledad esta su poder y un regalo, tontos, sordos, desperdicios de un sueño olvidado hace ya mucho tiempo…

¡Las hojas seguirán cayendo!

VI

A mi siniestra, una luna color amarillo muerte se alza sobre las negras montañas, su semblante es idéntico a un ojo dominado por la furia, su mirada me resulta insoportable, pero a la vez es como si me llamara…
…un mensaje parece suspirar…

La dama de la melancolía mengua, poderosa es su presencia, innegable regalo, un odio sin igual parece proclamar.
¿Por que me miras así madre?, ¿que reproche podrías tener tu hacia mi?
¿Acaso no sabes cuantas veces he reprimido el deseo homicida que mis manos febriles experimentan ante mis semejantes?, ¿acaso no sabes cuantos se han salvado solo por la imperiosa necesidad de tu consuelo?
¿Qué me puedes reclamar tu a mi?, después de todo somos lo mismo, somos iguales.

Tu te ocultas, cuando yo menguo,
Tu te muestras, cuando yo proclamo mis blasfemas estrofas
Ambos somos sombras que se alzan ardiendo en el negro infinito.

Tu eres una estela, yo soy tu promesa

Esperanza te llaman algunos

¡Ingenuos!

Tu eres la divina desesperanza, la muestra palpable del exilio
y yo seré lo que cause esa desesperanza en sus comprimidos corazones

Sin embargo eres la única dadiva, entre la negrura absoluta de la noche de estrellas muertas que es la locura, aun después de que la negrura de dios se muestre, aun después del fin, aun entonces quedaras sumergida en el éter contemplando el momento del Dragón: ¡Entonces en verdad serás esperanza!

¿Cuál es tu mensaje?...

VII

Torpe Humanidad
de inertes tropas,
de putrefactas aspiraciones.

Torpe Humanidad
de estúpidas añoranzas,
de cruentas hipocresías.

Tope Humanidad
de infinitas mentiras
de profundas lamentaciones.

¡Tan pequeña y tan necia!

El llamado…

Desdoblado queda el vació
Hediendo su condena
La primera promesa

-¡Todo habrá de regresar a mi!

¡Por que todo lo que tiene un principio
habrá de tener también su fin, y este será en mi,
escuchad mi llamado mi condena
mi promesa
la promesa del retorno y el descanso eterno!

¡Oh!, ese negro misterio
Que nos engulle de a poco
desde que lloramos al respirarjavascript:void(0)
el aire fuera de la matriz primordial

Protégete de ignorarlo

¡Y acepta mi regalo!

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Intento Fallido de Sinalefa III (Escopulosa)

¿Dónde estará el antiguo oro dónde te encuentras pequeño demonio?
¿Qué te has hecho estúpido
crees que el bosque esconde secretos?
¡Como si fuera una inocente esclaviza
rodeado incontenible en el asiento?
¡Crees que la cúpula es el tanto deseo!
Lloviendo, escabulliste en su cariño
y me miraste en el instante
¿qué pedías, un cálido ósculo?¿qué pedías, el eterno recuerdo?
¡el olvido es lo que necesitamos!
¿Cómo esclarecer el viejo mundo
cuando usted es víctima de su karma?
Olvidar es mejor,
recordarlo es insano.



(acontecimiento real,
en tiempo oriental
cardenal, simplemente extranjero
del ajeno).

Intento Fallido de Sinalefa II

¿A dónde irás alcoholizado en los verdugos
a dónde irás sin capazonada asoleada?
Donde iremos no existe el ocultismo
ni ideáticas observaciones solamente es la mitad del pájaro
la ave y el estrechamiento de la glándula
adonde iremos es únicamente el vacío cervantino...y es donde seguiré.

Intento fallido de Sinalefa

Santos exilios condensados en óvaleado estambre
nunca avisar,nunca cabalgar entre surcos de Indonesia
¿cómo sabré si soy la amante del hechiceroo la caudilla del majestuoso andante?
Solamente soy la mitad del hueso,inquieto, un poco estresado
solamente diré que me encuentro
entre dos sinalefas...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Prueba de Sinalefas Infantiles

Allí estás pequeña criatura extraña
tendido en el suelo y cantando al baúl
¿no te da miedo ensuciar tus dedos?
allí juegas sin intuición de los sueños
mas intelecual con la suculentosa historia de amor
¿mami dónde estás?
hace frío en este invierno de verano
donde estamos, donde encontramos el Sol

¿mami dónde estás?
Que el baúl me ataca, y el guerrero jaguar me mira
hacer lo que el mal hace, no tengo estreses
solamente los miedos de cometer los mismos

¿mami dónde estás?
cuando hace lluvia, lloras por la soledad en la que crecimos
y no me das el desierto
por creer que soy tan insignificante

"pero tú que sabrás de los problemas,
solamente juegas a ser troyano
a veces a estrangular los suelos inquietos"

¿mami dónde estás?
adonde vayamos nunca ocultas tu alivio
dime dónde caminaremos esta noche

cuanto es mi silencio
tú sonríes
me encanta cuando me abrazas
y entretienes mis nudillos con tus cuentos

¿mami dónde estás?
que esas lágrimas de Babilonia murieron hace un siglo
...
allí estamos mami
... donde estás.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Memorándum.

I

Pardos escultores de marfil
revuelcan el alambre negro
que ata el estallido en tijuana
y en otras latitudes.

Las visperas hidráulicas
forman hileras de rameras
buscando centavos
y piedras celestes.

Escultores pardos
musas maquilladas
y el centro de atencion
será la fortuna.

Para todas aquellas
multitudes árabes que no comprendan
el estado pardo.

II

No existen las paces celestes
por donde quiera que pasen las orcas
el mundo está hundido
en penas y en glorias.

Y el absurdo coliseo
de peste y rosas japonesas
entrega la total conciencia
a los musulmánes benedíctos.

No seas hipócrita mujer!
resbalas al primer tacto
con el fuego y la mano
del primer vagabundo.

No sabes de comer
ni de estrategias miserables
sólo de fuertes hipnosis
que no sirven de nada.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Aorta.

Diste el numero exacto de puñaladas certeras a mi aorta.
una aorta remota en tus cabellos litigantes de mayo.
estoy acostumbrado a tus putas risas de cordera instituida.

Pastura del inconsciente manejo de las tiranìas.

30 mil caballos en la carne,
la carne recupera su sangre.
Tiembla la tierra pagàna,
la voz del eco rural , curanderìsmos opàcos
dentro del filo animal.

Campesino, mito y memoria,
el coraje del aludido experto.
A-guar-den-to-so suspiro cardinal,
pone fin al sol marginado, el marginado,
el mundo marginado!!.

La raìz, pies de piedra salada,
erupciòn contingente
de la serpiente emparentada.

Filantròpico balanceo
de las pèrdidas,
ovaladas rocas...

Gitanas caravanas,
arder la tùnica en medio del desierto.
Y la apocalìptica mordedura del cangrejo,
es el aullido de la iguana peruana...

sin titulo

Sin titulo

Tarde de un vino seco que resbala en adelitas cósmicas
Lamentos presurosos de Dionisio y las mil musas que vueltas putas
Se arrastran sedientas, del incestuoso vid que provoca sensaciones
Ho grandiosa Gomorra, Ho portento de placeres exactos

Ven tu, conmigo se uno eternizados en el gabazo etéreo
Del sitio espectral vehemente y tibio cual el útero maternal

martes, 4 de noviembre de 2008

Narcolepsia II

Mi sueño se amortaja con una neblina roja, roja como mi sangre, roja como el ardor de las llamas; Llamas de sangre que cantando arden y que cuando se van solo dejan cenizas negras como la muerte, negras como mi alma.

Rojas almas de negra condena, pasión negra, pasión roja de tanta carne ¡oh miseria de la vida!

Y es que la gravedad del sueño comprime mi razón, y arroja una visión que ni la cicuta aleja de mi mente quebradiza: la danza de Kali, el girar del final que desnuda nuestras almas y desgarra la mente en la premura del olvido

¡Pero la venganza del olvido es la desolación del espíritu!

Árbol

Allí está mi árbol. No es el más grande, tampoco es del desecho de la tierra pútrida. Allí está mi árbol, comiéndose los pies de las langostas hasta secretarles el sueño infinito. Está cercano a mi estrella, a un cuarto del espejo lunar y entre las nieblas, reposa, duerme. Un hombre de ojos angustiosos y reservados dijo que sin agua no viviría, así que le mandó la lluvia de su tristeza, haciendo una cascada remolineada, una cola de serpiente, mejor de un armadillo. Entonces vi que se ahogó mi secoya, y del terror y furia, le arranqué las pupilas con mis colmillos de licántropo dormido, alcanzando el cartílago cercano de la ceja. Me tragué, admito, un poco de su leucocito, no más amargo que el mar de un hombre desnudo. Le tomé el ojo, pluralmente digo, quité la dualidad y le deseché su presente en el encierro del futuro. Huyó aterrado, no era la segunda vez que le quitaron dos pepitas de un inframundo. De esos dos ojos, le sequé las raíces a mi secoya, durmiendo en un cuento sin fin y sin una postura ovalada de inicio. Allí está mi árbol. Mi árbol. Mi secoya.

lunes, 3 de noviembre de 2008

irredento finito, soluble.

Bailar con Shiva es difícil, un tanto delicado; sus brazos se remolinan constantemente, alguno lleva un sable, otro la caracola y uno más el incienso que nos habrá de devorar alguna ves. Das un paso al frente, y dos atrás, bajas la cabeza y esquivas el sablazo, soplas la concha e invocas el tiempo. Sus piernas matizadas esconden sólo el más puro cósmico secreto, y en su sempiterna mirada lo ves, indetenible, irrevocable: un tempestuoso meteoro de consecuencias inequívocas, un sustrato final de una sentencia pautada. Felizmente lo aceptas, la tomas de dos brazos, le haces el amor en una armonía de dolores cuspidos, secas sus lágrimas pues ella así lo quiso, y cuando todo el cristal termina de sesgarse, y el placer se desbanda graznando cenizos valles de acuarela muerta; lo asientes, lo permites y comienza. Mas en tu espalda no pesa, y así empieza su baile, y el caos que le sigue, humaradas equidistantes sumiéndolos en la espesura, ven, ven y baila con Shiva... Ahora toma tu máscara y se una con Kali, y en la época de la oscura alegría, baila, baila con Shiva.

domingo, 2 de noviembre de 2008

El velo de Astaroth

Con los ojos perdidos bruscamente en la inocencia, mientras etéreos ejércitos desgarran el firmamento en incólumes bandadas de placer, sacrilegios fugaces que se escapan por sobre el rabillo de la ciega mirada, tentando el corazón, llevándolo hacia el vacío, dentro de un erótico vendaval de cósmicos destellos, donde la diestra Astarthe se funde repelida por el mundo, donde viaja con la fuerza de los huracanes, avasallando con una plena gravedad de misterios nebulosos, de sueños rotos que exhuman su sabia, planificando la grandeza eterna del perfecto momento, dejando un sabor quinestesico inolvidable, tallado impetuosamente en el inmemorial recuerdo encerrado en el vacío, llegando a tocar atmósferas placenteras de un visual desgajamiento, donde los bólidos se destrozan con su fuerza chocando, convirtiéndose en pinceladas carmesí, solo tenues vestigios de la senda que alguna ves recorrí.

viernes, 31 de octubre de 2008

El Espectáculo hambriento.

Obizpo celebrará al dia del cianuro esquelético.
Baila ignorancia y entrega al elefante tus huesos.
El circo esta lleno de locos y de sabios terrestres dormidos.
Dos horas para el homicida de hormigas ocupado.
Bastarán para que pueda escaparme envuelto en tierra.
Y el planeta se divida en dos corpulentos zopilotes.
Sonidos se arrastran por el futuro mediando cielo, infierno.
Corrigiendo el tímido centelleo de bastardas luces.
Amuletos que no serán de nuestro beneficio.
Será una decisión popular, y no de insectos.
La peste no tendrá espacio ni tiempo, sólo los volcanes.
No habrá monarcas en peligro de extinción.
Reserven su lugar por favor.

Noche de Jungla

Las junglazas riquezas del escondite se han humedecido
Una colonia sin perfume qué apreciar
Pero eso sí, los fantasmas nos rodean
Y me da miedo verle la cara a la Ninfa
La misma que me visita,
Mi luciérnaga maculada
Mi impura nobleza del cual amanezco sin sueños

Pero seguimos en la jungla
Sirviéndonos de whisky en lunares amaneceres
Con los fantasmas, devolviendo la bilis
El amarillento rasgo de mi musa
¿Cómo despertar sin poder dormir en acotaciones?
Trillas, cuartetos sonoros
El ruido inagotable sonoriza mis glándulas
¡Cállense demonios hijos de mierda!

Detener mi selva, humedecer los recuerdos
Secar las espumas de mi hechicera
Si es que no muero en el intento de la obsesión….

¡Y qué soy yo, carajo!
Una bestialidad forma embellecida por el lenguaje
Somnífero, una vuelta por la colina negra
No importar cuán lejos me encuentro de la realidad
Si soy un demonio enfermizo

No hay oraciones…
No hay consuelos
Y esas almas inframundanas me siguen acompañando,
¡Quieren irse o morir por este sueco!
Dijeron la octava opción,
La novena profecía….
Desaparecieron los fantasmas
Pero todavía ella me toma de la pierna
… y mi ninfa, sigue siendo mi pesadilla…

Uno

Un tiempo
Un espacio circular
Una oreja de lobo
Un jabalí negro rascándose la nuca
Sin Uno
Con Uno
Una cruz en la frente
Un miedo inestable
Un dedo del peón
Una reja sin metales
Un sueco
Una ventana rojiza
Un cinco sin ser cuatro
Un cuatro que nunca supo que es el cuarto
Y una luna que se pelea por ser menguante
Un libro muerto
¿Un muerto abrazando un libro?
Así he dejado el pasado...
Con un presente sin ser un futuro.

jueves, 30 de octubre de 2008

Narcolepcia

I

¿Cuántos sueños marchitos se funden a las puertas de los dolientes?, ¿Cuántos susurros han proferido nuestras manos?
Infinitos, infinitas magnitudes, sudor y lagrimas, sangre y carne destrozada en las manos de los que traicionaron nuestra guía.
Tan claro como la luna que mengua pero ilumina la negra locura de donde emanan la postulas de mi alma tan oscura.
Y los grilletes oxidados por la sangre de tus manos fingiendo que no hay engaño. ¡oh la negra blasfemia que se encuba entre mis entrañas!

Tu Reino

Canto a tu sombra
Donde los fantasmas de la Verdad
Descarnan sus mentes,
Donde las sombras de la Belleza
Destapan sus pechos:
Allí entre los pantanos de la paranoia
Y los yermos oscuros del mundo,
Entre los planos y las realidades.

Donde los mausoleos hechos de ironía
Testifican rumiantes soledades
De victorias de sangre bajo la lluvia.
Tragedia natural e inexorable
Que se come la cordura oxidada

Y marcho entre cuerpos fríos
Pisoteando charcos de sesos, pus
Y sangre cual espejo en el barro
Que reflejan oscuridades, nunca luz

Risas de locos formando ríos
Que corren cual desgraciadas
Viudas tras un negro testamento;
Ríos que fornicando se congregan
En el ombligo de la bruja loca
Que duerme bajo el fresno,

Cuando mi boca sabe a luz seca
Y mis manos cargan una mosca muera
Lluvia que lloraron mil Ángeles
Tratando de callar las odas blasfemas
Y los gemidos de burdeles y trombas

La pintura pudriendose en tus paredes
Descubriendo viejas y nacaradas caras
Del mortero negro de mis sueños
Que ruega el contacto con tu cordura
Y el de tu crispante carne de tu pecho
Fundido en la neblina de tu ausencia

Rústicos estertores matinales
Repleciones buscadas a conciencia
Teología de los condenados
Bajo el acero de tus miedos
De esos miedos que roban almas
Y pagan solo con hachas
De batallas olvidadas

¡Muerte!
¡A las criaturas del mundo,
A los bravos y a los cobardes!
¡Muerte!, ese es mi ultimo regalo
¿Por qué no lo aceptas fantasma de carmesí color?

Estertores nocturnos de alguna ronda lívida
Comisuras putrefactas esperando tu regazo
Donde alguna sombría noche
Nos volveremos a encontrar
Y reiremos de las ya viejas
Derrotas de sangre bajo la lluvia:
Aquí, donde los fantasmas de la Verdad
Descarnaron sus mentes
Aquí, donde las sombras de la belleza
Destaparon sus pechos
Aquí, donde yace tu remanso y tú reino
En los yermos de la Soledad y la Locura.

miércoles, 29 de octubre de 2008

El ojo de Anis

El ojo de Anís

De el advenimiento de Malbharar

(extracto)

Versículo del lamento

La tarde llega siempre roja en Hal-et'Arna, las estrellas salpican levemente los pozos
lunares, los vientos se regocijan en los campos de flores, las doncellas complacen fugazmente a sus hombres, y el cuerno de guerra amenaza la inexistente paz del levante, algunos de ellos regresan presurosos hacia el palacio de Bel-Famur, sus malas nuevas se presagian por todo el reino, las mujeres lloran desde los balcones, las barcas funerarias zarpan pincelando la mar con tétricos mementos de dolor, el semblante hermano desaparece en las caras, los reyes se lamentan, los príncipes mueren en la guerra, las doncellas se inmolan, los corazones mueren palpitando en sus ultimas notas el llanto de su mancillada tierra...Y en el ultimo reducto con el temple hecho pedazos, La élite de Hal-et'Arna se defiende, grita, corre en unísono se forma y desbanda, ataca y retrocede da una vuelta y se pertrecha y vive, vive en pie en lucha, presta con la espada, y el fervor en la presencia, solo un terco sosobramiento antes del inevitable desenlace, las estaciones se encabalgan unas tras de otras, se apresuran en el horizonte, la Élite se va menguando, cual luna en el espacio, la invasión se detiene un momento, dejando inhalar de apoco un trago de aire, mas lo hace como la ola que se va en retirada organizándose para romper brumosa sobre la playa, el final ya esta muy cerca, nuestros dioses se desentienden, y nos abandonan al juicio de los dioses enemigos, finalmente nos repliegan hasta la ultima torre en Hal-et'Arma, las espadas rotas ya no sirven para nada, piedras fornitura y palabrerías son nuestros portentos, las picas entran destripando el silencio, los capitanes yacen empalados, los cuartos salpicados de rojo, son un fugaz recuerdo, y mi cuerpo se desprende, comienza a yacer, lo único que lo sostiene es la pica que atraviesa su armorizado cuerpo, no hay dolor no hay lamentos, ya la vida se la lleva un etéreo tormento, con sus últimos destellos de conciencia, con la ultima voluntad, exhalando un estertor modesto, su cuerpo tomo una flor de anís, que crecía ente las baldosas de la oscura torre, y su dios reconoció el momento, bajo ominoso desde lo mas alto, de su trono, su carruaje de cuervos grazno el horizonte, sus huestes de muertos, tomaron al invasor y lo redujeron a restos, y los demás dioses bajaron en son de guerra, repartiendo su inequívoco juicio sobre el enemigo, tomando a su extranjero dios y destruyéndolo, unificando la primigenia vida en su universo...

Descobijarte siempre

Descremar el hilo desecho
hasta desquitar el suelo fertilizado,
copulándola después
...descobijando, tal vez el destapador
sin demora... descortezamos
desmoronamos y desintoxicamos
hasta desaparecer la barrera del cielo

¡Deshacer lo hecho y deshecho de la naturaleza!
Para crear el desperfecto humano
y deshebrar, no es desencantar el momento
sino desenvainar lo dicho por los demás

¿Desnutrirte? Sólo tantito, como chuparrosas
¿Descubrirte? Con una dosis de la luna me dices
qué tan fiel te sientes sin destruirte.

Deshonrar nunca,
deshacerte de mí tampoco
descobijarte, siempre.

domingo, 26 de octubre de 2008

Mar Negro.

El obeso pèndulo del mar.
Santuario extinto de la tortuga.

Acuario ìntegro para los ojos.
Refugio paleontològico y contemporàneo.

( ¿psicològico? )

¿Dònde quedò el epitafio?

Hundido en las piernas de su mujer.
Sumergido cual buque de guerra
se sumerge en la tempestad.

Recuerda a tu capitàn.
No profanes.

( el capitàn es un homosexual...)

no importan tus insultos.
- Yo soy el adùltero-

( eres un homicida )

No!!! posiblemente un genocida, pero no un homicida.

- el oràculo y el sistema nuerològico -

( Mataste al capitàn )

No te escucharè màs!!!
Quizà a los jenìzaros.

Por fin la aldea, el càntaro.
( ¿el tàrtaro? )

No, el càntaro y el agua.
De rio ... No de mar.

Mi saliva es de piedra.
La locura una madre nativa.

( Bienvenida esquizofrenia, luces estupenda....)

sábado, 25 de octubre de 2008

Secuestro

En un plano forte sostenía el cuadro de Dalí
entrañé y contuve la duda surrealista
porque nadie puede ser un loco sin ser un sabio
¡y el sabio no es más que un seguidor de afrodita!
Pero la duda solamente es… ¿en qué laberinto
se esconde el hombre de par de cuernos?
ataviamos el silencio, tranquilizamos las olas,
justificamos el miedo hasta serlo parte el purgatorio…

Cuanto más perfumes pútridos se apoderaban de los contornos,
el escape de Brasil se hacía imposible,
violencia inconforme, válido el llanto
el secuestro se convirtió en el tabú de la población
cuantas noches fui esclavizada por el Tauro
¡Y sin tortura y golpes fue la herida de Judas!

Llegando a la puerta principal
inventando la salida de manera como se hace las horas
me hice surrealista, posé sobre la pintura
y el minotauro se hizo pintor,
enlacé las texturas junto a mis vértebras
él se escabulló en el incienso de los colores
fertilicé mi sangre en una orquídea púrpura
y sus cuernos mantuvieron mi sombra

La luz lo hizo piedra…
al intentar separar mi alma del cuerpo
dos fósforos en mis pupilas se encendieron
la plata, nunca fue oro,
desquicio,
sed de vivir,
¡Deshebré al pintor
Hasta que fuese solamente una ceniza de su sangre!
Y de esa misma me alimenté

¡Cómo no adivinar la pócima secreta de alquimia!
¡Cómo ser víctima de algo que nunca me poseyó!
mis ojos son de luz de sol
din piedad lo hice fuego
Helio… me ayudó poco
sin embargo el engaño estuvo a mi favor…

Todavía estoy sedienta
la mano izquierda contiene la sangre más pura…
por algo soy vampiresa mezclada
no pudor a la sangre híbrida,
no pudor a la sangre humana,
el secuestrador algún día deseó hacer lo que preparo
mas su víctima se hará propiedad de la aniquilación
brindar y aliviar el alimento faltante de este vaho
tomar la carta y saborear el toque final

¡Salud!

martes, 21 de octubre de 2008

Punto de Edén (Fragmento)

"Todos reconocemos quién es la mitad necesaria, lo miras, despiertas con él sin estar a su lado. Lloras a su lado mientras él es quien espanta las sombras. Sabes bien quién es porque bien sabes que su abrazo desprende olores exquisitos de un Edén, sin ser necesario conocer las flores más perfumadas de los continentes. Lo sabes bien, y simplemente no lo sabes, pero sabes qué es, es el ser que necesitas ser. [...]"


Al dar el último paso mis ojos se elevaron hacia una puerta, en medio de una nube azul y una nube blanca (un ojo de Dios). Al frente, estaba allí, el más tímido de los sueños. El guardián que nunca mira a las pupilas porque simplemente sabe qué tan pesado es tu mirada. Me paré al espacio, y sentado, con una lanza de copa de oro esperaba… no sé si a mí, o al siguiente. Siempre espera ¿Sabrá quién es la espera?

—Siempre lo sé —respondió, aunque no haya dicho en voz mi pensamiento.
— ¿Sabes quién es el siguiente?
—Puedes ver mi lista —en su mano izquierda llevaba el pergamino, viejo y crudo, como piel muerta. Abrió la hoja y pequeñas letras se escurrieron en sí. Eran miles de nombres, pero ninguno decía: entre tantas palabras tintas color vino, mi nombre brillaba, era la siguiente.
— ¿Y entiendes todos esos idiomas?
—Claro. Estoy preparado para todo tipo de persona.
— ¿Cuántas personas llegan al día por aquí?
—Nunca se cuenta el día y la noche, solamente la ocasión. Eres la ocasión setenta de cuarenta.
— ¿La setenta de cuarenta? ¿Qué pasan con las demás?
—Las demás tienen las ocasiones distintas. Gabriel se encargó de veinte y las otras veintes sabrá Dios.
— ¿Es muy probable llegar aquí?
—No tanto como se esperaba. —La capucha oscura era como si fuese el eco interior de su habla —Gracias a tu madre estás aquí, y gracias a ti estará Ulises, y gracias a Ulises estará Teo. ¿Cómo te encuentras Tadeo?
— ¿Tadeo? Pero si yo soy Diana.
—Aquí eres Tadeo, porque el Sol quiso que fueras Tadeo. Y eres Tadeo por aquí, allá eres Diana, y en el astro eres Artemisa, y en el día y la noche eres Estela. Aquí serás Tadeo.
—Tadeo… me gusta ese nombre.
—Lo sabes bien. —Se levantó, y como bastón andante, se trajo consigo la lanza. — ¿Te ayudó bastante Hesse?
—Podría ser.
—Eres como un lobo, sin miedo a la oscuridad. Eres como el caballo, caminante sin remedio. Y eres como Hesse, de él tomaste el ejemplo. Y vaya lo mal que elegiste, porque siendo un humano con muchas delicias, decidiste tomar su amargo rendimiento.
—Soy un humano —respondí.
— ¿Crees que Eva no lo era?
—Obviamente es la primera.
—Y la primera pecadora. Dios quiso perdonarla. Por humana, como dijiste. Y por humana llegaste aquí. Y por humana deberé ver tu caso.
— ¿Mi cuestión?
—No me digas que eres perfecta.
—Nunca lo he admitido.
—Bien…. Las cuestiones son necesarias.

De allí bajó una estrella roja, con una luciérnaga nebulosa. En ella había una llave, con un cofre condenado a ser descubierto. Abrió el cofre, y la escritura de un libro se concedía a los ojos. De inmediato hojeó, hojeó y encontró la página debida.
—El día cuatro de noviembre del año 18 de tu nombre tuviste una cópula sedentaria. ¿Pero por qué quisiste tener esa cópula sin el ser descubierto de ese ser?
—Porque pude ser la persona para él.
—Pero la cópula antes de matrimonio es un pecado grave. No cobraré el impedimento de tener un ser en tu vientre pequeño, porque no pudiste obtener ese permiso del Sol. Ahora, esa noche pudiste haber leído la obra que tuviste que leer, y no lo hiciste porque decidiste robarle un suspiro a alguien que no merecía eso…
—Lo hice enamorada.
—Lo peor es que eres Tadeo.
— ¿Y es un delito?
—Podríamos decirlo. Perdonada porque acaba de decirme el Sol que te perdona. Segunda cuestión —buscó otra página del libro —El día veintiséis de octubre del astro 18 supiste que a tu padre lo juzgaron como malabarista de ninfas… ¿Por qué no lo defendiste?
—No era necesario. Era un necio que quería sacar un falso.
— ¿Y hablar con un necio te hace más débil?
—No vale la pena discutir. Bien sabe que al final la separación y la extracción de él sobre mi mente fue lo mejor.
—Aún así debes esa manda. Pero bueno el perdón existe. Y siempre debes orar por tu padre, no merece la burla indebida.
—Pero si no estaba presente.
— ¡Pero un padre es un padre!
—No le dije nada.
—Perdonada entonces. Siguiente cuestión…
—Nunca tomé brebajes, ni maté, ni siquiera robé.
— ¡Ah! Pero te sabías a la perfección el lenguaje de la escritura. El escribir te provoca buen verbo y buen mirar de las cosas, pero también hace mal juicio y mal destino. ¿Por qué intentaste humillar a alguien por medio de un verso tan pésimo y sobre control de blasfemia? No era necesario enamorar y luego ofender a alguien.
—Nunca lo hice.
—Lo pensaste.
—Pero nunca se lo dije.
—El mal de ojo.
—Nunca le hice eso.
—Te dejaste enviciar por su mal de ojo.
—Lo quise mucho.
—También sin duda vuestro amor.
—Me desilusionó
— ¿Quién te dice que te enamores?
— ¿Es malo?
—Sí, porque eres Tadeo.
—Pero fui Diana en el mundo.
—Bueno un perdón tienes. Ahora, entiende la siguiente fase: debes encontrar de tu estrella un pétalo de adelfa, cuidado si te envenena, porque para entonces en ese momento no estará Adán para ayudarte. Encuentra el pétalo, y cuando lo tengas en la mano, cuidado de que se te resbale de los dedos: es tu pase para el Edén.
— ¿Podré ver al Sol dentro?
—A las tres de la tarde, en punto de ebullición de las sustancias de Helio y Carbono habrá varios ángeles, si tu ángel aparece, avisa, grítame, si no, todavía no es tu turno. ¿O prefieres las clases de metafísica? Ando impartiéndolas, para que los jóvenes se preparen.
— ¿Cuándo inician las clases?
—Vente entonces. Todavía eres una pequeña niña que debe conocer más allá de lo que sabes.

Apocalipsis Irredento.

Se funde el cielo
bajo el templo de Urano.

Se funde la espesura
dentro de la quimera.

Son testigos los malparidos
ególatras y paseantes enfermos.

Danzan libres las jaurías
derraman vino y sexualidad.

Caen sus cuerpos cenízos
en la penumbra occidental.

Atardece para los lobeznos
anochece para las nuevas ciudades.

Desértico recuerdo de Cochabamba
destierro su rostro, descarto a los Andes.

El apocalipsis irredento
muestra su denzura.

Presentación fatal
de la más bella de las putas.

Devoradme grandísima bestia!!
oculto en tu "teatro del absurdo" se encuentra el final.

lunes, 20 de octubre de 2008

Zeal’Hatum

Zeal’Hatum

Grandes y voraces se arremeten unas a otras. Su poder retumba amarillo, se siente en la piel, y carcome el espíritu. Su fatigante juicio proclama y dicta el tiempo. Su rugir monótono y aberrante nos confina a un silencio propio y mordaz. La Joroba del camello es apenas un leve refugio ante tan tortuosa andanza. Las dunas se estiran infinitas a la vista, los hombres dejan de serlo durante una tormenta, y se vuelve uno a su camello.

Cuando al fin las nubes de arena azotan una última vez y se elevan al cálido cielo por donde vinieron, las estrellas acongojadas nos reciben, y nos señalan: he ahí los hijos del desierto, helos ahí boyantes, tercos secuaces de su indómito amo….

Los hombres no hablan mucho, sólo asienten o lo niegan, la piel se desquebraja, y el entrenado ojo del guía pierde tristemente el camino hacia el agua. El temple se desquebraja de apoco, y los camellos chillan arrastrando ya cadáveres, los pocos que aguantamos somos muertos en vida, la locura torpe que provoca la sed hace a algunos caminar a las tierras que devoran hombres. Finalmente mi cuerpo no lo soporta más, sólo quiere tenderse a yacer…

La muerte parece tersa, me deja descansar en brazos de alcanfor, acurrucado con las lanas de preciosos Kilim, garrafas que no cesan de saciar mi sed. Hermosas bailarinas que retumban con el sabor de Persia y un chillido impetuoso que me rompe el trance.

Ante el rayo fulgurante del ominoso sol mi pupila ya quemada trata de frenar su poderoso embate. Entre la inmensidad del océano de arena, veo a los buitres arremetiendo sin cesar sobre los cadáveres que junto a mí yacen. Algunos no han muerto aún y sus vísceras se derraman de fuera, siendo comidos en vida. Mi fiel camello ha muerto, tan piadoso que no quiso huir en busca de agua, temiendo destrozar en su camino a su ahora agonizante amo. Quiero terminar este momento que los dioses se apiaden de nuestra causa, remuevo mi armadura, trato en vano de empuñar en alto mi shamsir, pero ésta me quema, su lustre capaz de degollar un caballo me deja ahora impedido para terminar mi vida. El cuerpo se desvanece una vez más, y caigo tendido de apoco sobre la arena del desierto, la cual lentamente comienza a engullirme el poderoso, horno de los dioses, el laberinto perfecto…

No hubo sueño alguno, no desperté pues creo que nunca dormí del todo, simplemente abrí bien los ojos: la noche había llegado, Nannar brillaba en lo alto y la dualidad desértica se presentaba con un frío desgarrante, sentía mis últimos momentos llegar, al menos moriría bajo el triste lamento estelar. Un buitre se posó junto a mí, de a poco comenzó a picotear, tanteando mis fuerzas, burlándose en mi cara.

— ¡Vamos buitre termina ya! Llévate mi carne, toma ya mi preciado aliento, llévatelo todo, pues mi ejército ha caído, el desierto lo ha comido, llévate mi aliento…

Cuando el buitre estuvo por picotear mi abdomen, el grito de un halcón cimbró el horizonte, abalanzó sus agudas garras y apartó al buitre el cual revoloteó mal herido. El ave se posó junto a un cadáver y giró a verme, traté en vano de llamarle, “ajdal” “ajdal”
Mis brazos apenas podían moverse, y escuché los cascos levemente disimulados por la finura de la duna, al tope de ésta, un jinete se dejó ver iluminado por los ases de luna, su pelo era largo y negro, sus ojos demasiado bellos, su rostro se encontraba tapado por un velo. Era una mujer de hermosura sin igual, vestida para la guerra; desmontó el precioso caballo de una blancura exime, se acercó lentamente a mí, cogió una alcarraza y lentamente me dio a beber. Al principio mi cuerpo tomó desanimado, pero tan pronto el líquido comenzó a refrescar mi ser, cogí la alcarraza con mis manos y la alcé, dejando escurrir copiosamente el brebaje. Tomé hasta saciarme, mojé el dastār que cubría mi cabeza, y comencé a agradecer una y otra vez. La mujer silbó y el halcón bajo presuroso a su brazo, monto de nuevo, y me miro fijamente:

— ¿Cómo te llamas? Es imperante saber— le pregunté

—Benazir— respondió y partió presta hacia la nada…

Cuando al fin hube recuperado mis fuerzas, vi un camello solitario apertrechado para la marcha, me apresuré a montarlo y avancé presuroso hacia un destino incierto. Cuando al fin el sol comenzaba a despuntar, una silueta de un ser alado se me presentó: atónito frené, escuché unas palabras en un tono imposible de detallar:

— ¡Sólo hay un dios “AHURA MAZDA” y tu eres su profeta! —.

domingo, 19 de octubre de 2008


Primitivo.

¿ Y qué hay de chernobyl? sólo inmolaciones terrestres .Olvidé mis labios en guantánamo alejé sus peras invisibles.La medicina norteamericana cae, no esquivará nunca a krsna. marroquí!!!!!!! cádiz te pertenece, neoyorquino no te pertenezco.Emancipación!!!!!!!!!!!!!!!!creo en Cortázar y en Borges. Bienvenidos a Bolivia, verdura andina para la gestasión.Lengua Española, ¿ España ? embellecida por el Africa, mosaicos arabescos, señores rupestres anti-fascistas. Guerra, estallido irreversible ¿ dónde quedò Quetzalcoátl ?americano, eres un faquir sumiso ante la bestia. Que impaciente espera el aleteo de la alacrana veredícto final infalible! teotihuacán¡ Primitivo del sistema, orador de tus cañones, médico del mundo, creador cadavérico.

sábado, 18 de octubre de 2008

Mi Re


Redonda canción gótica,
Rebuscas el suelo,
Reconoces el sistema lunar,
Somos Recuperadores de la niñez perdida
Renaces,
Rezador profético de una papisa inconcebible
Reluciente estigma,
Remador...
Mi Remador, Remando en un Remante rima
Mi Re...
Restableces los vientos en las flores
Donde el picaflor Reinventa otro cálido poema
Re…
Reconstrúyeme.

Tertulia trémula ensimismada

Tertulia trémula ensimismada, un clamor subalterno,
y en el suelo un cuerpo se ilumina
un as de luna carmesí envuelve su lamento
desvaneciendo cada tramo, sesgando los tejidos, captando
obscura eternidad

notas ensangrentadas lo acompañan, pautas tortuosas lo comandan
festín mortuorio, caballería etílica de negruzcos cuervos, cual cenizas de rapiña alimentan las fauces del cortejo

llanto enclaustrado en una lagrima, fétidos y pululantes compases de amor
"tertulia trémula ensimismada",
armadura de edictos, imbatibles cuales seres del vació
y la cara del destino ahí presente
cohibida rimbombante, dictando un final ya pactado

y después de todo solo un baile se levanta
un karmico clamor suspirando amordazado por los velos de aztaroth

sinergia acumulada viajando en orgásmicos lamentos,
usos sin final en la desgastada conciencia espectral
primitivas reacciones, arrebatos de reminiscencia, un vistazo final eterno y aberrante.

El incorregible hombre detestable.

Apátrida ideal del informal cosmos.Tierras y mares encabezados de moral absoluta.La absurda beastialidad del llanto inimaginable de los hombres correctamente políticos.Corduras, perezas, homogeneidades alteradas en nombre de aquél detestable énte.Mínimas fueron las manchas de menta, esas que hirieron ojos, brazos, terciopelos marinos y la congestionada ira patriarcal que cubrió con su tela la hermandad perdida.Sentenciando al oscuro mundo, llevándolo junto al ejército de morsas pálidas.El detestable espectador de aquella carnicería no ha dormido.Es ahora cuando se apodera el insomnio de sus náuseas.Puedo ver las torres paradas de cabeza, se asoman a jalar aire.La intoxicada agua es perfectamente idealizada, la mugre es lo peor, el pólvo lo mejor.Bacteria reprimida! Disfrutaste la comida?Dónde quedó lo evolutivo?Por debajo de las piedras, entre la sal y los ermitaños.El incorregible hombre detestable camina sobre los muertos, arriva de smoking.

viernes, 17 de octubre de 2008

“Decadenze light and Wine”

“Deadcandance light and Wine”

Prefacio al eslabón primero

los dos lobos se comieron la luna, la frígida inconsciencia humana no se percato….
A caso mis lagrimas habré de derramar, es que mi sabia tengo que exhumar?
Es este un destino irrefutable?, es la espiral del vació, un erotico maelstrom, que
Me lleva de nuevo, que me fuerza, me atesora, y ensalza, es este placer tan exquisito,
Tan masoquista, tan externo a nosotros, tan muy de ellos.
Y la voz paternalista, me aprueba, asiente con su iracundo carácter, siempre juzgando,
Es la melancolía, oigo sus lamentos a mi rededor, es tan innato, es tan protohumano,
Lamentos y solo eso, clamando por mi sangre, negándome tan sutilmente
Haciéndolo con los ojos vendados, y corazón resarcido,
Estrofas de muerte que van y retumban
Lo piden, lo gozan, que piden?
Una victoria, una derrota, milagros, milagros lastimosos, poder excelso, no en mi, no mas, tal ves después, o aun jamás., solo hay sangre en mis manos,
Tus hijos ya no escuchan, solo callan, solo añoran,
Y la era de los falsos dioses, se levanta, a través de ti, y de mi
Y en su frente brilla, y su marca se carga con honor, y es mas grande
Mayor a ti mayor a mi,
Mumen, Cefer, Mumen, Mumen, Cefer, Mumen….. DeggiaL
Y en este lamento indómito en este sopor, que ya tu sabes, como extraño, como añoro
Conocer a mi madre……

Las variantes de la Bestia

Prologo

Fue hace muchas lunas que quise penetrar en la mascara de la falsedad, y no la soporte, quise esconderme como el resto, y no pude; ni siquiera me fue licito el evadirme como lo hacen el resto de mis congéneres.
Para ese tiempo, mi mente ya lanzaba sus horrendas visiones, y mis manos ya contenían la furia de un condenado; Pero fue a orillas del mar, al ver el sol morir en unas aguas funestamente moradas, que comprendí la ruinosa desolación que habitaba en lo profundo no solo del mundo, sino también dentro del rumor de mi piel marchita.

Así que desde entonces mis pasos me llevaron por las sendas de las sombras y de los profetas olvidados, había escuchado y había aprendido, sin embargo, me sentía igual, una ruinosa isla, una sombra encadenada, era nada…
Así que a la siguiente mujer que ame, la lleve hasta un desolado desierto, donde le arranque el corazón, y de esa dulce esfera de sangre se elevo un portentoso aroma; Como si de un milenario incienso se tratara, lo use para un canto, que conjuró el violeta de miles de nubes furiosas. Después de elevar un canto lleno de ira y rencor, lancé la otrora bomba vital, que al llegar al cenit de la hipérbola que trazo, por un rayo carmesí fue consumida, mi reto y mi sacrificio habían sido aceptados...

Y donde el rayo se había estrellado, ahora yacía una esfera, negra, pequeña cual una gema, uno de sus lados era filoso como si de obsidiana se tratara, mire al cielo, las nubes se habían dispersado. Entone un último canto…

Así que a esta gema del callado desierto le adopte como mi estrella, y de ella extraje infinitos recuerdos.


La luz de muchas velas se ha extinguido desde entonces, miles de caminos eh recorrido, y todos ellos a la locura me han dirigido.
Hoy, bajo el cielo de una ciudad de torres enfermizas, conocí a una sibila enviciada de voluptuosas necesidades, la satisfage acto seguido, me despedí con un trémulo beso antes de romper su divino cráneo con la negra gema, pues a esta dama condenada usare como estela; Lo que mis ojos han callado, lo que mis manos han olvidado, lo que mi alma reclama, le será no solo suyo…

Aquí algunas de las pesadillas que laceran mi espalda, ellas hablan de mi, pero también de lo que será...

¡Porque yo soy el verbo de la muerte!












Preludio

De cómo la humanidad se pudre ya, de cómo la raza que me exilia se atormentara a si misma, de cómo es que esta rayente existencia habrá de terminar, no bajo la espada, no con una explosión, ni con temblor del alma si no por el error y el azar; y de cómo ese azar será Destino, de eso y mucho mas grabare punzantes y rojos signos en la tierna piel de mi víctima.

En la risa melancólica del mar, en el andar del viento, en la paciencia de las rocas y en la furia de la niebla los escucho: clamores, incontables lamentos.

Cuando las muertas estrellas caigan bajo el peso de las edades y la putrefacta aspiración del gusano fermente la percepción de los durmientes, lo sabréis, es verdad lo que mi mano sujeta. Recordad mis palabras, ellas serán mis guardias en la prisión de hielo y fuego que me espera, mas no será por mucho tiempo, la fuerza que profanare en este plano prevalecerá más allá de la eternidad, los signos arderán, las imágenes se consumirán y la substancia se revelará…

Mas la mente tiembla ante el contacto de las negras manos de la demencia…

Resulta cruento recordar el por qué, el como y el para que del trazar estas palabras ambiguas, sin embargo, algo flexiona los tendones de esta débil mano y hace que esta febril mente excrete tan extrañas imágenes en una sopa onírica que convulsionó hasta derramarse en el llanto de lo hundido y en la risa del que todo lo ha perdido.

Esta guisa de registro de los tormentos que ennegrecen lo que aún me queda de sonrisa, habré de terminarlo pronto, pues ya la noche reclama lo suyo, vomitaré ideas y lutos, temiendo que el clasificar y registrar las pulsantes manifestaciones de la locura sea un acto de locura por si mismo, tiemblo al seguir con esto, pero seguiré y seguiré hasta obtener un testamento, un miserable asidero al cual contraerme hasta que la burbujeante marea traiga tras de si una corriente ante la cual mi mente no pueda ya seguir a flote…

Así que mi mano se prepara y mis enrojecidos ojos delinean ya lo que será una elegía a lo que los antiguos llamaron Bestia. La Bestia no es un dios, ni un enemigo, ni es un maldito; no soy yo y no eres tú, ni ningún otro, la Bestia somos todos, cuando nos llega la hora de peor desdicha y de mayor liberación, cuando el velo celeste de la dulzura y la cordura nos abandona y reclamamos el manto purpúreo de la barbarie y la sinrazón, el momento en que nuestras sombras crecen mas grandes que nuestro corazón cuando funestas memorias se apoderan de la faz de la Tierra. Pero al igual que un prisma, este ser, esta entidad acumulativa y por mucho destructiva, tiene muchas facetas, y en una sola persona, las aristas de este prisma negro proyectan delirios, visiones y tormentos; la suma de estos es la locura, mi Bestia y eh aquí a sus variantes.

Ecce Homo!




Primera Visión

I

El sol negro emergerá de las profundas sombras del abismo perpetuo, arderá la Tierra, habrá de ser fin y será principio. La indiferencia nos ha condenado, nos ha maldecido, dormidos caeremos al pozo del oscuro universo oblicuo, perdido ¡Perpetuo!

El sol negro se levantara y su resplandor vacuo y oscuro se extenderá por los cuatro rincones; y la negrura del alma humana se revelara, el hombre habrá de verse al fin ante el espejo de Tezcatlipoca; se enfrentara a si mismo; Cruel partida, amarga tortura, dolorosa revelación.

El sol negro nos conducirá a la verdad; la cara de Isis develaras, a Lilith amaras y cuando un sin fin de dioses muestren sus simientes veras en sus manos, ríos, mares y océanos de sangre pagana añorante de justa venganza.

El sol negro muestra las llagas, la pus y la fiebre; que entregan locaciones de gemas, oro y plata, arpías que cantan al triste Dios que se lamenta; el Sol negro anuncia una nueva estirpe inmortal, Y será su gloria el sacrificio de los durmientes expectantes, los dioses verán a sus juguetes y siervos alzarse, cuando las sirenas se escondan en lo profundo de la tierra, donde la marca de Cain se mostrara para grabarse en la frente de su raza, que habrá de alzarse, cuando el sol negro regrese…

II

…Y la gran puta nos dará a beber de su robusta leche y nosotros le proporcionaremos nuestra sangre, nuestra carne y nuestro credo.
…pues será la hora.
Ya la arena se ha consumido, el vino se vierte sobre las sombras de realidades convexas, abre los ciegos ojos, y las mentes de los que quedaron enmudecidos; Sacrificios que no fueron hechos y visiones de tormento eterno; Eterno como el resplandor de la inocencia violada por un torturador recuerdo de negaciones y convexas vicisitudes de los encuentros y reencuentros con el azar… ¡Su hiel derrama vuestra miel!
¡Venid!
Venid mi hermano: ¡Venid!
Venid y sed testigo, sed participe de la negra ceremonia, de la cruenta pasión de los velos rojos, neblina negra y la venenosa ponzoña.
Roto esta el violín, y enmudecido el piano mira la música inconclusa y la palabra muerta, que, sangrante yace bajo mis pies.
Venid, venid y compartid las mismas sabias y mortuorias que nuestras palabras regalaran a la virtud y a la hipocresía, y a sus seguidores, les sangraremos, les comeremos y las raquíticas heces que serán, hederán hasta la eternidad y así habremos de hacer al mismo Demiurgo girara su poderosa cabeza, que por primera vez mirara hacia abajo y verá… ¡nos verá!, mas grandes que él. Mas le seremos infinitamente mas sutiles que sus miríadas de dioses, ángeles y demonios, su tez mugirá ya que el designio se habrá roto, y los esclavos de los dioses se habrán liberado, ¡si!, nos liberaremos, no por piedad ni por amor, si no por la lujuriosa sangre derramada de hermanos y hermanas y la propia… que correrá de nuestras venas rotas, ¡si!, ¡la liberación por la sangre!







III

¡Gloria y loor a la nueva raza humana!
Que no es otra que ésta
Olvidaos de vuestras almas,
¡Lanzad al viento la razón!
Abrid vuestros ojos,
liberad vuestras manos,
escuchad vuestros reclamos, vuestros lamentos,
ellos os mostraran el camino:
Locura
Locura, dichosa locura
Locura, ¡monstruosa hermosura!

Liberaos,

¡Liberaos o sed olvidados!

IV

Desde los vientos indecibles provenientes de mi propia blasfemia,
Conjuro a las Nornas para que vislumbren mi destino
y a las Parcas para que, pacientes, vigilen el hilo,
por que de amargura, delirio y sopores esta hecha mi miseria…

y desde lo profundo oigo clamantes voces, expectantes del acto.
Entonces susurro a tus oídos palabras negras y viles que dibujen
mensajes terribles y sombríos, vomitados de un infernal tracto:
que hacen mella en la realidad, que al quebrarse gorgotea… ¡escucha!

V

Ahora que la oscuridad te reclama, sientes el cristal de la locura clavándose en tu cabeza; rasgando mas y mas, separando tu mente y haciéndola suya, transportándote a un lugar, en que las formas se convierten en estelas burbujeantes en un mar de sangre, donde aves descarnadas lanzan lastimeros graznidos al humo y cenizas que frotan en un cielo de enfermas estrellas que yacen inmóviles para siempre y donde el sol a desaparecido. La razón abandona la carne, el olvido reclama a los débiles y los atrapa en este profundo pozo en que se ha convertido el mundo.

VI

En el lago infinito de fuego, yacen almas extraviadas, sumergidas en bilis y estiércol, en fango sanguinolento; ahogándose en su propia inmundicia.
Un demonio unialado grita a sus oídos palabras de odio y tortura; La mano del caído porta un látigo congelado y ardiente que ríe de placer cuando cae en las espaldas malditas.
Un dios negro insulta al cielo y la Tierra.
Un Dios fascista ignora suplicantes voces aun sinceras.
Los malditos hijos de Caín roban el legado de Set y devoran las raíces y frutos del Árbol.
Rebelión sin fin, ¡revelación!, tormento y guerra eterna. Pues la sombra del alto que olvido a sus hijos, habrá de verlos de nuevo en el fin, cuando el vacío eterno trague la mellada realidad.
¡Olvidado serás reencontrado!
¡Maldito serás redimido!
¡Justo serás juzgado!

Un ultimo sueño…

Soñé que te comía, que probaba tu nívea piel y la desgarraba como si de pan se tratara, sentí tu suave carne amareto deslizarse hasta mi cuello, arranque tu cabello y lo teñí aun más de rojo usando la dulce sangre que saque de tu pecho, lance el mechón al infinito, donde sus trazas se quedaron desde entonces.
Y soñé que tomaba tus sonrientes ojos y me los quedaba como un recuerdo de tiempos ya finitos, y a esas esferas de agua y viento les hice un convento con los huesos de las menudas manos que tantas caricias me negaron, y cuyas uñas fueron llave y candado para tan grave tesoro.
Un trono forme con tus huesos, y el trono rematado estaba con tus labios que arranque de un ultimo beso
Sobre mis hombros eche los trozos de piel tibia y una corona me forjé con los tendones de tu cuerpo.
Tu corazón lo lleve en la talega que tus pulmones hicieron y el cerebro lo tome como suculento impedimento, me alimente de tus ideas, de tus entupidas añoranzas y tus sollozos recuerdos; Y mire tu cráneo que desde alguna oscura y olvidada equina aun me sonreía…

Fin de la primera visión.

Artemisa

EL MARFIL

Piérdete en el mundo ateo de miles de dioses
cuando los titanes
son únicamente títeres del ajedrez
y juegan sin cesar con los realismos oscuros.

Piérdete, si deseas
en esta ciudad no cabemos los cuatro
sobran más de uno, un dardo suculento
juguemos a que yo era el marfil.

Piérdete, escarba por el último centavo
que el agua de los dioses se escaseó
y ahora el sueño del cielo es más popular
¿quieres jugar, o soñar jugando a que soy el marfil?

Cuanto más sueño del pasado se vive en mi mente
la sonámbula ilustración me pide
una regadera del terreno lunar
alzo mi lanza, que soy el marfil.

Piérdete en el mundo de los ateos religiosos
entre las nubes polvorientas del cutáneo
el único vivo que puede brincar en dos cuerdas
jugando como cuando la niña era niña
¿Acaso ya se extinguió la inocencia?
Piérdete si tú ya no eres niño.