viernes, 31 de octubre de 2008

El Espectáculo hambriento.

Obizpo celebrará al dia del cianuro esquelético.
Baila ignorancia y entrega al elefante tus huesos.
El circo esta lleno de locos y de sabios terrestres dormidos.
Dos horas para el homicida de hormigas ocupado.
Bastarán para que pueda escaparme envuelto en tierra.
Y el planeta se divida en dos corpulentos zopilotes.
Sonidos se arrastran por el futuro mediando cielo, infierno.
Corrigiendo el tímido centelleo de bastardas luces.
Amuletos que no serán de nuestro beneficio.
Será una decisión popular, y no de insectos.
La peste no tendrá espacio ni tiempo, sólo los volcanes.
No habrá monarcas en peligro de extinción.
Reserven su lugar por favor.

Noche de Jungla

Las junglazas riquezas del escondite se han humedecido
Una colonia sin perfume qué apreciar
Pero eso sí, los fantasmas nos rodean
Y me da miedo verle la cara a la Ninfa
La misma que me visita,
Mi luciérnaga maculada
Mi impura nobleza del cual amanezco sin sueños

Pero seguimos en la jungla
Sirviéndonos de whisky en lunares amaneceres
Con los fantasmas, devolviendo la bilis
El amarillento rasgo de mi musa
¿Cómo despertar sin poder dormir en acotaciones?
Trillas, cuartetos sonoros
El ruido inagotable sonoriza mis glándulas
¡Cállense demonios hijos de mierda!

Detener mi selva, humedecer los recuerdos
Secar las espumas de mi hechicera
Si es que no muero en el intento de la obsesión….

¡Y qué soy yo, carajo!
Una bestialidad forma embellecida por el lenguaje
Somnífero, una vuelta por la colina negra
No importar cuán lejos me encuentro de la realidad
Si soy un demonio enfermizo

No hay oraciones…
No hay consuelos
Y esas almas inframundanas me siguen acompañando,
¡Quieren irse o morir por este sueco!
Dijeron la octava opción,
La novena profecía….
Desaparecieron los fantasmas
Pero todavía ella me toma de la pierna
… y mi ninfa, sigue siendo mi pesadilla…

Uno

Un tiempo
Un espacio circular
Una oreja de lobo
Un jabalí negro rascándose la nuca
Sin Uno
Con Uno
Una cruz en la frente
Un miedo inestable
Un dedo del peón
Una reja sin metales
Un sueco
Una ventana rojiza
Un cinco sin ser cuatro
Un cuatro que nunca supo que es el cuarto
Y una luna que se pelea por ser menguante
Un libro muerto
¿Un muerto abrazando un libro?
Así he dejado el pasado...
Con un presente sin ser un futuro.

jueves, 30 de octubre de 2008

Narcolepcia

I

¿Cuántos sueños marchitos se funden a las puertas de los dolientes?, ¿Cuántos susurros han proferido nuestras manos?
Infinitos, infinitas magnitudes, sudor y lagrimas, sangre y carne destrozada en las manos de los que traicionaron nuestra guía.
Tan claro como la luna que mengua pero ilumina la negra locura de donde emanan la postulas de mi alma tan oscura.
Y los grilletes oxidados por la sangre de tus manos fingiendo que no hay engaño. ¡oh la negra blasfemia que se encuba entre mis entrañas!

Tu Reino

Canto a tu sombra
Donde los fantasmas de la Verdad
Descarnan sus mentes,
Donde las sombras de la Belleza
Destapan sus pechos:
Allí entre los pantanos de la paranoia
Y los yermos oscuros del mundo,
Entre los planos y las realidades.

Donde los mausoleos hechos de ironía
Testifican rumiantes soledades
De victorias de sangre bajo la lluvia.
Tragedia natural e inexorable
Que se come la cordura oxidada

Y marcho entre cuerpos fríos
Pisoteando charcos de sesos, pus
Y sangre cual espejo en el barro
Que reflejan oscuridades, nunca luz

Risas de locos formando ríos
Que corren cual desgraciadas
Viudas tras un negro testamento;
Ríos que fornicando se congregan
En el ombligo de la bruja loca
Que duerme bajo el fresno,

Cuando mi boca sabe a luz seca
Y mis manos cargan una mosca muera
Lluvia que lloraron mil Ángeles
Tratando de callar las odas blasfemas
Y los gemidos de burdeles y trombas

La pintura pudriendose en tus paredes
Descubriendo viejas y nacaradas caras
Del mortero negro de mis sueños
Que ruega el contacto con tu cordura
Y el de tu crispante carne de tu pecho
Fundido en la neblina de tu ausencia

Rústicos estertores matinales
Repleciones buscadas a conciencia
Teología de los condenados
Bajo el acero de tus miedos
De esos miedos que roban almas
Y pagan solo con hachas
De batallas olvidadas

¡Muerte!
¡A las criaturas del mundo,
A los bravos y a los cobardes!
¡Muerte!, ese es mi ultimo regalo
¿Por qué no lo aceptas fantasma de carmesí color?

Estertores nocturnos de alguna ronda lívida
Comisuras putrefactas esperando tu regazo
Donde alguna sombría noche
Nos volveremos a encontrar
Y reiremos de las ya viejas
Derrotas de sangre bajo la lluvia:
Aquí, donde los fantasmas de la Verdad
Descarnaron sus mentes
Aquí, donde las sombras de la belleza
Destaparon sus pechos
Aquí, donde yace tu remanso y tú reino
En los yermos de la Soledad y la Locura.

miércoles, 29 de octubre de 2008

El ojo de Anis

El ojo de Anís

De el advenimiento de Malbharar

(extracto)

Versículo del lamento

La tarde llega siempre roja en Hal-et'Arna, las estrellas salpican levemente los pozos
lunares, los vientos se regocijan en los campos de flores, las doncellas complacen fugazmente a sus hombres, y el cuerno de guerra amenaza la inexistente paz del levante, algunos de ellos regresan presurosos hacia el palacio de Bel-Famur, sus malas nuevas se presagian por todo el reino, las mujeres lloran desde los balcones, las barcas funerarias zarpan pincelando la mar con tétricos mementos de dolor, el semblante hermano desaparece en las caras, los reyes se lamentan, los príncipes mueren en la guerra, las doncellas se inmolan, los corazones mueren palpitando en sus ultimas notas el llanto de su mancillada tierra...Y en el ultimo reducto con el temple hecho pedazos, La élite de Hal-et'Arna se defiende, grita, corre en unísono se forma y desbanda, ataca y retrocede da una vuelta y se pertrecha y vive, vive en pie en lucha, presta con la espada, y el fervor en la presencia, solo un terco sosobramiento antes del inevitable desenlace, las estaciones se encabalgan unas tras de otras, se apresuran en el horizonte, la Élite se va menguando, cual luna en el espacio, la invasión se detiene un momento, dejando inhalar de apoco un trago de aire, mas lo hace como la ola que se va en retirada organizándose para romper brumosa sobre la playa, el final ya esta muy cerca, nuestros dioses se desentienden, y nos abandonan al juicio de los dioses enemigos, finalmente nos repliegan hasta la ultima torre en Hal-et'Arma, las espadas rotas ya no sirven para nada, piedras fornitura y palabrerías son nuestros portentos, las picas entran destripando el silencio, los capitanes yacen empalados, los cuartos salpicados de rojo, son un fugaz recuerdo, y mi cuerpo se desprende, comienza a yacer, lo único que lo sostiene es la pica que atraviesa su armorizado cuerpo, no hay dolor no hay lamentos, ya la vida se la lleva un etéreo tormento, con sus últimos destellos de conciencia, con la ultima voluntad, exhalando un estertor modesto, su cuerpo tomo una flor de anís, que crecía ente las baldosas de la oscura torre, y su dios reconoció el momento, bajo ominoso desde lo mas alto, de su trono, su carruaje de cuervos grazno el horizonte, sus huestes de muertos, tomaron al invasor y lo redujeron a restos, y los demás dioses bajaron en son de guerra, repartiendo su inequívoco juicio sobre el enemigo, tomando a su extranjero dios y destruyéndolo, unificando la primigenia vida en su universo...

Descobijarte siempre

Descremar el hilo desecho
hasta desquitar el suelo fertilizado,
copulándola después
...descobijando, tal vez el destapador
sin demora... descortezamos
desmoronamos y desintoxicamos
hasta desaparecer la barrera del cielo

¡Deshacer lo hecho y deshecho de la naturaleza!
Para crear el desperfecto humano
y deshebrar, no es desencantar el momento
sino desenvainar lo dicho por los demás

¿Desnutrirte? Sólo tantito, como chuparrosas
¿Descubrirte? Con una dosis de la luna me dices
qué tan fiel te sientes sin destruirte.

Deshonrar nunca,
deshacerte de mí tampoco
descobijarte, siempre.

domingo, 26 de octubre de 2008

Mar Negro.

El obeso pèndulo del mar.
Santuario extinto de la tortuga.

Acuario ìntegro para los ojos.
Refugio paleontològico y contemporàneo.

( ¿psicològico? )

¿Dònde quedò el epitafio?

Hundido en las piernas de su mujer.
Sumergido cual buque de guerra
se sumerge en la tempestad.

Recuerda a tu capitàn.
No profanes.

( el capitàn es un homosexual...)

no importan tus insultos.
- Yo soy el adùltero-

( eres un homicida )

No!!! posiblemente un genocida, pero no un homicida.

- el oràculo y el sistema nuerològico -

( Mataste al capitàn )

No te escucharè màs!!!
Quizà a los jenìzaros.

Por fin la aldea, el càntaro.
( ¿el tàrtaro? )

No, el càntaro y el agua.
De rio ... No de mar.

Mi saliva es de piedra.
La locura una madre nativa.

( Bienvenida esquizofrenia, luces estupenda....)

sábado, 25 de octubre de 2008

Secuestro

En un plano forte sostenía el cuadro de Dalí
entrañé y contuve la duda surrealista
porque nadie puede ser un loco sin ser un sabio
¡y el sabio no es más que un seguidor de afrodita!
Pero la duda solamente es… ¿en qué laberinto
se esconde el hombre de par de cuernos?
ataviamos el silencio, tranquilizamos las olas,
justificamos el miedo hasta serlo parte el purgatorio…

Cuanto más perfumes pútridos se apoderaban de los contornos,
el escape de Brasil se hacía imposible,
violencia inconforme, válido el llanto
el secuestro se convirtió en el tabú de la población
cuantas noches fui esclavizada por el Tauro
¡Y sin tortura y golpes fue la herida de Judas!

Llegando a la puerta principal
inventando la salida de manera como se hace las horas
me hice surrealista, posé sobre la pintura
y el minotauro se hizo pintor,
enlacé las texturas junto a mis vértebras
él se escabulló en el incienso de los colores
fertilicé mi sangre en una orquídea púrpura
y sus cuernos mantuvieron mi sombra

La luz lo hizo piedra…
al intentar separar mi alma del cuerpo
dos fósforos en mis pupilas se encendieron
la plata, nunca fue oro,
desquicio,
sed de vivir,
¡Deshebré al pintor
Hasta que fuese solamente una ceniza de su sangre!
Y de esa misma me alimenté

¡Cómo no adivinar la pócima secreta de alquimia!
¡Cómo ser víctima de algo que nunca me poseyó!
mis ojos son de luz de sol
din piedad lo hice fuego
Helio… me ayudó poco
sin embargo el engaño estuvo a mi favor…

Todavía estoy sedienta
la mano izquierda contiene la sangre más pura…
por algo soy vampiresa mezclada
no pudor a la sangre híbrida,
no pudor a la sangre humana,
el secuestrador algún día deseó hacer lo que preparo
mas su víctima se hará propiedad de la aniquilación
brindar y aliviar el alimento faltante de este vaho
tomar la carta y saborear el toque final

¡Salud!

martes, 21 de octubre de 2008

Punto de Edén (Fragmento)

"Todos reconocemos quién es la mitad necesaria, lo miras, despiertas con él sin estar a su lado. Lloras a su lado mientras él es quien espanta las sombras. Sabes bien quién es porque bien sabes que su abrazo desprende olores exquisitos de un Edén, sin ser necesario conocer las flores más perfumadas de los continentes. Lo sabes bien, y simplemente no lo sabes, pero sabes qué es, es el ser que necesitas ser. [...]"


Al dar el último paso mis ojos se elevaron hacia una puerta, en medio de una nube azul y una nube blanca (un ojo de Dios). Al frente, estaba allí, el más tímido de los sueños. El guardián que nunca mira a las pupilas porque simplemente sabe qué tan pesado es tu mirada. Me paré al espacio, y sentado, con una lanza de copa de oro esperaba… no sé si a mí, o al siguiente. Siempre espera ¿Sabrá quién es la espera?

—Siempre lo sé —respondió, aunque no haya dicho en voz mi pensamiento.
— ¿Sabes quién es el siguiente?
—Puedes ver mi lista —en su mano izquierda llevaba el pergamino, viejo y crudo, como piel muerta. Abrió la hoja y pequeñas letras se escurrieron en sí. Eran miles de nombres, pero ninguno decía: entre tantas palabras tintas color vino, mi nombre brillaba, era la siguiente.
— ¿Y entiendes todos esos idiomas?
—Claro. Estoy preparado para todo tipo de persona.
— ¿Cuántas personas llegan al día por aquí?
—Nunca se cuenta el día y la noche, solamente la ocasión. Eres la ocasión setenta de cuarenta.
— ¿La setenta de cuarenta? ¿Qué pasan con las demás?
—Las demás tienen las ocasiones distintas. Gabriel se encargó de veinte y las otras veintes sabrá Dios.
— ¿Es muy probable llegar aquí?
—No tanto como se esperaba. —La capucha oscura era como si fuese el eco interior de su habla —Gracias a tu madre estás aquí, y gracias a ti estará Ulises, y gracias a Ulises estará Teo. ¿Cómo te encuentras Tadeo?
— ¿Tadeo? Pero si yo soy Diana.
—Aquí eres Tadeo, porque el Sol quiso que fueras Tadeo. Y eres Tadeo por aquí, allá eres Diana, y en el astro eres Artemisa, y en el día y la noche eres Estela. Aquí serás Tadeo.
—Tadeo… me gusta ese nombre.
—Lo sabes bien. —Se levantó, y como bastón andante, se trajo consigo la lanza. — ¿Te ayudó bastante Hesse?
—Podría ser.
—Eres como un lobo, sin miedo a la oscuridad. Eres como el caballo, caminante sin remedio. Y eres como Hesse, de él tomaste el ejemplo. Y vaya lo mal que elegiste, porque siendo un humano con muchas delicias, decidiste tomar su amargo rendimiento.
—Soy un humano —respondí.
— ¿Crees que Eva no lo era?
—Obviamente es la primera.
—Y la primera pecadora. Dios quiso perdonarla. Por humana, como dijiste. Y por humana llegaste aquí. Y por humana deberé ver tu caso.
— ¿Mi cuestión?
—No me digas que eres perfecta.
—Nunca lo he admitido.
—Bien…. Las cuestiones son necesarias.

De allí bajó una estrella roja, con una luciérnaga nebulosa. En ella había una llave, con un cofre condenado a ser descubierto. Abrió el cofre, y la escritura de un libro se concedía a los ojos. De inmediato hojeó, hojeó y encontró la página debida.
—El día cuatro de noviembre del año 18 de tu nombre tuviste una cópula sedentaria. ¿Pero por qué quisiste tener esa cópula sin el ser descubierto de ese ser?
—Porque pude ser la persona para él.
—Pero la cópula antes de matrimonio es un pecado grave. No cobraré el impedimento de tener un ser en tu vientre pequeño, porque no pudiste obtener ese permiso del Sol. Ahora, esa noche pudiste haber leído la obra que tuviste que leer, y no lo hiciste porque decidiste robarle un suspiro a alguien que no merecía eso…
—Lo hice enamorada.
—Lo peor es que eres Tadeo.
— ¿Y es un delito?
—Podríamos decirlo. Perdonada porque acaba de decirme el Sol que te perdona. Segunda cuestión —buscó otra página del libro —El día veintiséis de octubre del astro 18 supiste que a tu padre lo juzgaron como malabarista de ninfas… ¿Por qué no lo defendiste?
—No era necesario. Era un necio que quería sacar un falso.
— ¿Y hablar con un necio te hace más débil?
—No vale la pena discutir. Bien sabe que al final la separación y la extracción de él sobre mi mente fue lo mejor.
—Aún así debes esa manda. Pero bueno el perdón existe. Y siempre debes orar por tu padre, no merece la burla indebida.
—Pero si no estaba presente.
— ¡Pero un padre es un padre!
—No le dije nada.
—Perdonada entonces. Siguiente cuestión…
—Nunca tomé brebajes, ni maté, ni siquiera robé.
— ¡Ah! Pero te sabías a la perfección el lenguaje de la escritura. El escribir te provoca buen verbo y buen mirar de las cosas, pero también hace mal juicio y mal destino. ¿Por qué intentaste humillar a alguien por medio de un verso tan pésimo y sobre control de blasfemia? No era necesario enamorar y luego ofender a alguien.
—Nunca lo hice.
—Lo pensaste.
—Pero nunca se lo dije.
—El mal de ojo.
—Nunca le hice eso.
—Te dejaste enviciar por su mal de ojo.
—Lo quise mucho.
—También sin duda vuestro amor.
—Me desilusionó
— ¿Quién te dice que te enamores?
— ¿Es malo?
—Sí, porque eres Tadeo.
—Pero fui Diana en el mundo.
—Bueno un perdón tienes. Ahora, entiende la siguiente fase: debes encontrar de tu estrella un pétalo de adelfa, cuidado si te envenena, porque para entonces en ese momento no estará Adán para ayudarte. Encuentra el pétalo, y cuando lo tengas en la mano, cuidado de que se te resbale de los dedos: es tu pase para el Edén.
— ¿Podré ver al Sol dentro?
—A las tres de la tarde, en punto de ebullición de las sustancias de Helio y Carbono habrá varios ángeles, si tu ángel aparece, avisa, grítame, si no, todavía no es tu turno. ¿O prefieres las clases de metafísica? Ando impartiéndolas, para que los jóvenes se preparen.
— ¿Cuándo inician las clases?
—Vente entonces. Todavía eres una pequeña niña que debe conocer más allá de lo que sabes.

Apocalipsis Irredento.

Se funde el cielo
bajo el templo de Urano.

Se funde la espesura
dentro de la quimera.

Son testigos los malparidos
ególatras y paseantes enfermos.

Danzan libres las jaurías
derraman vino y sexualidad.

Caen sus cuerpos cenízos
en la penumbra occidental.

Atardece para los lobeznos
anochece para las nuevas ciudades.

Desértico recuerdo de Cochabamba
destierro su rostro, descarto a los Andes.

El apocalipsis irredento
muestra su denzura.

Presentación fatal
de la más bella de las putas.

Devoradme grandísima bestia!!
oculto en tu "teatro del absurdo" se encuentra el final.

lunes, 20 de octubre de 2008

Zeal’Hatum

Zeal’Hatum

Grandes y voraces se arremeten unas a otras. Su poder retumba amarillo, se siente en la piel, y carcome el espíritu. Su fatigante juicio proclama y dicta el tiempo. Su rugir monótono y aberrante nos confina a un silencio propio y mordaz. La Joroba del camello es apenas un leve refugio ante tan tortuosa andanza. Las dunas se estiran infinitas a la vista, los hombres dejan de serlo durante una tormenta, y se vuelve uno a su camello.

Cuando al fin las nubes de arena azotan una última vez y se elevan al cálido cielo por donde vinieron, las estrellas acongojadas nos reciben, y nos señalan: he ahí los hijos del desierto, helos ahí boyantes, tercos secuaces de su indómito amo….

Los hombres no hablan mucho, sólo asienten o lo niegan, la piel se desquebraja, y el entrenado ojo del guía pierde tristemente el camino hacia el agua. El temple se desquebraja de apoco, y los camellos chillan arrastrando ya cadáveres, los pocos que aguantamos somos muertos en vida, la locura torpe que provoca la sed hace a algunos caminar a las tierras que devoran hombres. Finalmente mi cuerpo no lo soporta más, sólo quiere tenderse a yacer…

La muerte parece tersa, me deja descansar en brazos de alcanfor, acurrucado con las lanas de preciosos Kilim, garrafas que no cesan de saciar mi sed. Hermosas bailarinas que retumban con el sabor de Persia y un chillido impetuoso que me rompe el trance.

Ante el rayo fulgurante del ominoso sol mi pupila ya quemada trata de frenar su poderoso embate. Entre la inmensidad del océano de arena, veo a los buitres arremetiendo sin cesar sobre los cadáveres que junto a mí yacen. Algunos no han muerto aún y sus vísceras se derraman de fuera, siendo comidos en vida. Mi fiel camello ha muerto, tan piadoso que no quiso huir en busca de agua, temiendo destrozar en su camino a su ahora agonizante amo. Quiero terminar este momento que los dioses se apiaden de nuestra causa, remuevo mi armadura, trato en vano de empuñar en alto mi shamsir, pero ésta me quema, su lustre capaz de degollar un caballo me deja ahora impedido para terminar mi vida. El cuerpo se desvanece una vez más, y caigo tendido de apoco sobre la arena del desierto, la cual lentamente comienza a engullirme el poderoso, horno de los dioses, el laberinto perfecto…

No hubo sueño alguno, no desperté pues creo que nunca dormí del todo, simplemente abrí bien los ojos: la noche había llegado, Nannar brillaba en lo alto y la dualidad desértica se presentaba con un frío desgarrante, sentía mis últimos momentos llegar, al menos moriría bajo el triste lamento estelar. Un buitre se posó junto a mí, de a poco comenzó a picotear, tanteando mis fuerzas, burlándose en mi cara.

— ¡Vamos buitre termina ya! Llévate mi carne, toma ya mi preciado aliento, llévatelo todo, pues mi ejército ha caído, el desierto lo ha comido, llévate mi aliento…

Cuando el buitre estuvo por picotear mi abdomen, el grito de un halcón cimbró el horizonte, abalanzó sus agudas garras y apartó al buitre el cual revoloteó mal herido. El ave se posó junto a un cadáver y giró a verme, traté en vano de llamarle, “ajdal” “ajdal”
Mis brazos apenas podían moverse, y escuché los cascos levemente disimulados por la finura de la duna, al tope de ésta, un jinete se dejó ver iluminado por los ases de luna, su pelo era largo y negro, sus ojos demasiado bellos, su rostro se encontraba tapado por un velo. Era una mujer de hermosura sin igual, vestida para la guerra; desmontó el precioso caballo de una blancura exime, se acercó lentamente a mí, cogió una alcarraza y lentamente me dio a beber. Al principio mi cuerpo tomó desanimado, pero tan pronto el líquido comenzó a refrescar mi ser, cogí la alcarraza con mis manos y la alcé, dejando escurrir copiosamente el brebaje. Tomé hasta saciarme, mojé el dastār que cubría mi cabeza, y comencé a agradecer una y otra vez. La mujer silbó y el halcón bajo presuroso a su brazo, monto de nuevo, y me miro fijamente:

— ¿Cómo te llamas? Es imperante saber— le pregunté

—Benazir— respondió y partió presta hacia la nada…

Cuando al fin hube recuperado mis fuerzas, vi un camello solitario apertrechado para la marcha, me apresuré a montarlo y avancé presuroso hacia un destino incierto. Cuando al fin el sol comenzaba a despuntar, una silueta de un ser alado se me presentó: atónito frené, escuché unas palabras en un tono imposible de detallar:

— ¡Sólo hay un dios “AHURA MAZDA” y tu eres su profeta! —.

domingo, 19 de octubre de 2008


Primitivo.

¿ Y qué hay de chernobyl? sólo inmolaciones terrestres .Olvidé mis labios en guantánamo alejé sus peras invisibles.La medicina norteamericana cae, no esquivará nunca a krsna. marroquí!!!!!!! cádiz te pertenece, neoyorquino no te pertenezco.Emancipación!!!!!!!!!!!!!!!!creo en Cortázar y en Borges. Bienvenidos a Bolivia, verdura andina para la gestasión.Lengua Española, ¿ España ? embellecida por el Africa, mosaicos arabescos, señores rupestres anti-fascistas. Guerra, estallido irreversible ¿ dónde quedò Quetzalcoátl ?americano, eres un faquir sumiso ante la bestia. Que impaciente espera el aleteo de la alacrana veredícto final infalible! teotihuacán¡ Primitivo del sistema, orador de tus cañones, médico del mundo, creador cadavérico.

sábado, 18 de octubre de 2008

Mi Re


Redonda canción gótica,
Rebuscas el suelo,
Reconoces el sistema lunar,
Somos Recuperadores de la niñez perdida
Renaces,
Rezador profético de una papisa inconcebible
Reluciente estigma,
Remador...
Mi Remador, Remando en un Remante rima
Mi Re...
Restableces los vientos en las flores
Donde el picaflor Reinventa otro cálido poema
Re…
Reconstrúyeme.

Tertulia trémula ensimismada

Tertulia trémula ensimismada, un clamor subalterno,
y en el suelo un cuerpo se ilumina
un as de luna carmesí envuelve su lamento
desvaneciendo cada tramo, sesgando los tejidos, captando
obscura eternidad

notas ensangrentadas lo acompañan, pautas tortuosas lo comandan
festín mortuorio, caballería etílica de negruzcos cuervos, cual cenizas de rapiña alimentan las fauces del cortejo

llanto enclaustrado en una lagrima, fétidos y pululantes compases de amor
"tertulia trémula ensimismada",
armadura de edictos, imbatibles cuales seres del vació
y la cara del destino ahí presente
cohibida rimbombante, dictando un final ya pactado

y después de todo solo un baile se levanta
un karmico clamor suspirando amordazado por los velos de aztaroth

sinergia acumulada viajando en orgásmicos lamentos,
usos sin final en la desgastada conciencia espectral
primitivas reacciones, arrebatos de reminiscencia, un vistazo final eterno y aberrante.

El incorregible hombre detestable.

Apátrida ideal del informal cosmos.Tierras y mares encabezados de moral absoluta.La absurda beastialidad del llanto inimaginable de los hombres correctamente políticos.Corduras, perezas, homogeneidades alteradas en nombre de aquél detestable énte.Mínimas fueron las manchas de menta, esas que hirieron ojos, brazos, terciopelos marinos y la congestionada ira patriarcal que cubrió con su tela la hermandad perdida.Sentenciando al oscuro mundo, llevándolo junto al ejército de morsas pálidas.El detestable espectador de aquella carnicería no ha dormido.Es ahora cuando se apodera el insomnio de sus náuseas.Puedo ver las torres paradas de cabeza, se asoman a jalar aire.La intoxicada agua es perfectamente idealizada, la mugre es lo peor, el pólvo lo mejor.Bacteria reprimida! Disfrutaste la comida?Dónde quedó lo evolutivo?Por debajo de las piedras, entre la sal y los ermitaños.El incorregible hombre detestable camina sobre los muertos, arriva de smoking.

viernes, 17 de octubre de 2008

“Decadenze light and Wine”

“Deadcandance light and Wine”

Prefacio al eslabón primero

los dos lobos se comieron la luna, la frígida inconsciencia humana no se percato….
A caso mis lagrimas habré de derramar, es que mi sabia tengo que exhumar?
Es este un destino irrefutable?, es la espiral del vació, un erotico maelstrom, que
Me lleva de nuevo, que me fuerza, me atesora, y ensalza, es este placer tan exquisito,
Tan masoquista, tan externo a nosotros, tan muy de ellos.
Y la voz paternalista, me aprueba, asiente con su iracundo carácter, siempre juzgando,
Es la melancolía, oigo sus lamentos a mi rededor, es tan innato, es tan protohumano,
Lamentos y solo eso, clamando por mi sangre, negándome tan sutilmente
Haciéndolo con los ojos vendados, y corazón resarcido,
Estrofas de muerte que van y retumban
Lo piden, lo gozan, que piden?
Una victoria, una derrota, milagros, milagros lastimosos, poder excelso, no en mi, no mas, tal ves después, o aun jamás., solo hay sangre en mis manos,
Tus hijos ya no escuchan, solo callan, solo añoran,
Y la era de los falsos dioses, se levanta, a través de ti, y de mi
Y en su frente brilla, y su marca se carga con honor, y es mas grande
Mayor a ti mayor a mi,
Mumen, Cefer, Mumen, Mumen, Cefer, Mumen….. DeggiaL
Y en este lamento indómito en este sopor, que ya tu sabes, como extraño, como añoro
Conocer a mi madre……

Las variantes de la Bestia

Prologo

Fue hace muchas lunas que quise penetrar en la mascara de la falsedad, y no la soporte, quise esconderme como el resto, y no pude; ni siquiera me fue licito el evadirme como lo hacen el resto de mis congéneres.
Para ese tiempo, mi mente ya lanzaba sus horrendas visiones, y mis manos ya contenían la furia de un condenado; Pero fue a orillas del mar, al ver el sol morir en unas aguas funestamente moradas, que comprendí la ruinosa desolación que habitaba en lo profundo no solo del mundo, sino también dentro del rumor de mi piel marchita.

Así que desde entonces mis pasos me llevaron por las sendas de las sombras y de los profetas olvidados, había escuchado y había aprendido, sin embargo, me sentía igual, una ruinosa isla, una sombra encadenada, era nada…
Así que a la siguiente mujer que ame, la lleve hasta un desolado desierto, donde le arranque el corazón, y de esa dulce esfera de sangre se elevo un portentoso aroma; Como si de un milenario incienso se tratara, lo use para un canto, que conjuró el violeta de miles de nubes furiosas. Después de elevar un canto lleno de ira y rencor, lancé la otrora bomba vital, que al llegar al cenit de la hipérbola que trazo, por un rayo carmesí fue consumida, mi reto y mi sacrificio habían sido aceptados...

Y donde el rayo se había estrellado, ahora yacía una esfera, negra, pequeña cual una gema, uno de sus lados era filoso como si de obsidiana se tratara, mire al cielo, las nubes se habían dispersado. Entone un último canto…

Así que a esta gema del callado desierto le adopte como mi estrella, y de ella extraje infinitos recuerdos.


La luz de muchas velas se ha extinguido desde entonces, miles de caminos eh recorrido, y todos ellos a la locura me han dirigido.
Hoy, bajo el cielo de una ciudad de torres enfermizas, conocí a una sibila enviciada de voluptuosas necesidades, la satisfage acto seguido, me despedí con un trémulo beso antes de romper su divino cráneo con la negra gema, pues a esta dama condenada usare como estela; Lo que mis ojos han callado, lo que mis manos han olvidado, lo que mi alma reclama, le será no solo suyo…

Aquí algunas de las pesadillas que laceran mi espalda, ellas hablan de mi, pero también de lo que será...

¡Porque yo soy el verbo de la muerte!












Preludio

De cómo la humanidad se pudre ya, de cómo la raza que me exilia se atormentara a si misma, de cómo es que esta rayente existencia habrá de terminar, no bajo la espada, no con una explosión, ni con temblor del alma si no por el error y el azar; y de cómo ese azar será Destino, de eso y mucho mas grabare punzantes y rojos signos en la tierna piel de mi víctima.

En la risa melancólica del mar, en el andar del viento, en la paciencia de las rocas y en la furia de la niebla los escucho: clamores, incontables lamentos.

Cuando las muertas estrellas caigan bajo el peso de las edades y la putrefacta aspiración del gusano fermente la percepción de los durmientes, lo sabréis, es verdad lo que mi mano sujeta. Recordad mis palabras, ellas serán mis guardias en la prisión de hielo y fuego que me espera, mas no será por mucho tiempo, la fuerza que profanare en este plano prevalecerá más allá de la eternidad, los signos arderán, las imágenes se consumirán y la substancia se revelará…

Mas la mente tiembla ante el contacto de las negras manos de la demencia…

Resulta cruento recordar el por qué, el como y el para que del trazar estas palabras ambiguas, sin embargo, algo flexiona los tendones de esta débil mano y hace que esta febril mente excrete tan extrañas imágenes en una sopa onírica que convulsionó hasta derramarse en el llanto de lo hundido y en la risa del que todo lo ha perdido.

Esta guisa de registro de los tormentos que ennegrecen lo que aún me queda de sonrisa, habré de terminarlo pronto, pues ya la noche reclama lo suyo, vomitaré ideas y lutos, temiendo que el clasificar y registrar las pulsantes manifestaciones de la locura sea un acto de locura por si mismo, tiemblo al seguir con esto, pero seguiré y seguiré hasta obtener un testamento, un miserable asidero al cual contraerme hasta que la burbujeante marea traiga tras de si una corriente ante la cual mi mente no pueda ya seguir a flote…

Así que mi mano se prepara y mis enrojecidos ojos delinean ya lo que será una elegía a lo que los antiguos llamaron Bestia. La Bestia no es un dios, ni un enemigo, ni es un maldito; no soy yo y no eres tú, ni ningún otro, la Bestia somos todos, cuando nos llega la hora de peor desdicha y de mayor liberación, cuando el velo celeste de la dulzura y la cordura nos abandona y reclamamos el manto purpúreo de la barbarie y la sinrazón, el momento en que nuestras sombras crecen mas grandes que nuestro corazón cuando funestas memorias se apoderan de la faz de la Tierra. Pero al igual que un prisma, este ser, esta entidad acumulativa y por mucho destructiva, tiene muchas facetas, y en una sola persona, las aristas de este prisma negro proyectan delirios, visiones y tormentos; la suma de estos es la locura, mi Bestia y eh aquí a sus variantes.

Ecce Homo!




Primera Visión

I

El sol negro emergerá de las profundas sombras del abismo perpetuo, arderá la Tierra, habrá de ser fin y será principio. La indiferencia nos ha condenado, nos ha maldecido, dormidos caeremos al pozo del oscuro universo oblicuo, perdido ¡Perpetuo!

El sol negro se levantara y su resplandor vacuo y oscuro se extenderá por los cuatro rincones; y la negrura del alma humana se revelara, el hombre habrá de verse al fin ante el espejo de Tezcatlipoca; se enfrentara a si mismo; Cruel partida, amarga tortura, dolorosa revelación.

El sol negro nos conducirá a la verdad; la cara de Isis develaras, a Lilith amaras y cuando un sin fin de dioses muestren sus simientes veras en sus manos, ríos, mares y océanos de sangre pagana añorante de justa venganza.

El sol negro muestra las llagas, la pus y la fiebre; que entregan locaciones de gemas, oro y plata, arpías que cantan al triste Dios que se lamenta; el Sol negro anuncia una nueva estirpe inmortal, Y será su gloria el sacrificio de los durmientes expectantes, los dioses verán a sus juguetes y siervos alzarse, cuando las sirenas se escondan en lo profundo de la tierra, donde la marca de Cain se mostrara para grabarse en la frente de su raza, que habrá de alzarse, cuando el sol negro regrese…

II

…Y la gran puta nos dará a beber de su robusta leche y nosotros le proporcionaremos nuestra sangre, nuestra carne y nuestro credo.
…pues será la hora.
Ya la arena se ha consumido, el vino se vierte sobre las sombras de realidades convexas, abre los ciegos ojos, y las mentes de los que quedaron enmudecidos; Sacrificios que no fueron hechos y visiones de tormento eterno; Eterno como el resplandor de la inocencia violada por un torturador recuerdo de negaciones y convexas vicisitudes de los encuentros y reencuentros con el azar… ¡Su hiel derrama vuestra miel!
¡Venid!
Venid mi hermano: ¡Venid!
Venid y sed testigo, sed participe de la negra ceremonia, de la cruenta pasión de los velos rojos, neblina negra y la venenosa ponzoña.
Roto esta el violín, y enmudecido el piano mira la música inconclusa y la palabra muerta, que, sangrante yace bajo mis pies.
Venid, venid y compartid las mismas sabias y mortuorias que nuestras palabras regalaran a la virtud y a la hipocresía, y a sus seguidores, les sangraremos, les comeremos y las raquíticas heces que serán, hederán hasta la eternidad y así habremos de hacer al mismo Demiurgo girara su poderosa cabeza, que por primera vez mirara hacia abajo y verá… ¡nos verá!, mas grandes que él. Mas le seremos infinitamente mas sutiles que sus miríadas de dioses, ángeles y demonios, su tez mugirá ya que el designio se habrá roto, y los esclavos de los dioses se habrán liberado, ¡si!, nos liberaremos, no por piedad ni por amor, si no por la lujuriosa sangre derramada de hermanos y hermanas y la propia… que correrá de nuestras venas rotas, ¡si!, ¡la liberación por la sangre!







III

¡Gloria y loor a la nueva raza humana!
Que no es otra que ésta
Olvidaos de vuestras almas,
¡Lanzad al viento la razón!
Abrid vuestros ojos,
liberad vuestras manos,
escuchad vuestros reclamos, vuestros lamentos,
ellos os mostraran el camino:
Locura
Locura, dichosa locura
Locura, ¡monstruosa hermosura!

Liberaos,

¡Liberaos o sed olvidados!

IV

Desde los vientos indecibles provenientes de mi propia blasfemia,
Conjuro a las Nornas para que vislumbren mi destino
y a las Parcas para que, pacientes, vigilen el hilo,
por que de amargura, delirio y sopores esta hecha mi miseria…

y desde lo profundo oigo clamantes voces, expectantes del acto.
Entonces susurro a tus oídos palabras negras y viles que dibujen
mensajes terribles y sombríos, vomitados de un infernal tracto:
que hacen mella en la realidad, que al quebrarse gorgotea… ¡escucha!

V

Ahora que la oscuridad te reclama, sientes el cristal de la locura clavándose en tu cabeza; rasgando mas y mas, separando tu mente y haciéndola suya, transportándote a un lugar, en que las formas se convierten en estelas burbujeantes en un mar de sangre, donde aves descarnadas lanzan lastimeros graznidos al humo y cenizas que frotan en un cielo de enfermas estrellas que yacen inmóviles para siempre y donde el sol a desaparecido. La razón abandona la carne, el olvido reclama a los débiles y los atrapa en este profundo pozo en que se ha convertido el mundo.

VI

En el lago infinito de fuego, yacen almas extraviadas, sumergidas en bilis y estiércol, en fango sanguinolento; ahogándose en su propia inmundicia.
Un demonio unialado grita a sus oídos palabras de odio y tortura; La mano del caído porta un látigo congelado y ardiente que ríe de placer cuando cae en las espaldas malditas.
Un dios negro insulta al cielo y la Tierra.
Un Dios fascista ignora suplicantes voces aun sinceras.
Los malditos hijos de Caín roban el legado de Set y devoran las raíces y frutos del Árbol.
Rebelión sin fin, ¡revelación!, tormento y guerra eterna. Pues la sombra del alto que olvido a sus hijos, habrá de verlos de nuevo en el fin, cuando el vacío eterno trague la mellada realidad.
¡Olvidado serás reencontrado!
¡Maldito serás redimido!
¡Justo serás juzgado!

Un ultimo sueño…

Soñé que te comía, que probaba tu nívea piel y la desgarraba como si de pan se tratara, sentí tu suave carne amareto deslizarse hasta mi cuello, arranque tu cabello y lo teñí aun más de rojo usando la dulce sangre que saque de tu pecho, lance el mechón al infinito, donde sus trazas se quedaron desde entonces.
Y soñé que tomaba tus sonrientes ojos y me los quedaba como un recuerdo de tiempos ya finitos, y a esas esferas de agua y viento les hice un convento con los huesos de las menudas manos que tantas caricias me negaron, y cuyas uñas fueron llave y candado para tan grave tesoro.
Un trono forme con tus huesos, y el trono rematado estaba con tus labios que arranque de un ultimo beso
Sobre mis hombros eche los trozos de piel tibia y una corona me forjé con los tendones de tu cuerpo.
Tu corazón lo lleve en la talega que tus pulmones hicieron y el cerebro lo tome como suculento impedimento, me alimente de tus ideas, de tus entupidas añoranzas y tus sollozos recuerdos; Y mire tu cráneo que desde alguna oscura y olvidada equina aun me sonreía…

Fin de la primera visión.

Artemisa

EL MARFIL

Piérdete en el mundo ateo de miles de dioses
cuando los titanes
son únicamente títeres del ajedrez
y juegan sin cesar con los realismos oscuros.

Piérdete, si deseas
en esta ciudad no cabemos los cuatro
sobran más de uno, un dardo suculento
juguemos a que yo era el marfil.

Piérdete, escarba por el último centavo
que el agua de los dioses se escaseó
y ahora el sueño del cielo es más popular
¿quieres jugar, o soñar jugando a que soy el marfil?

Cuanto más sueño del pasado se vive en mi mente
la sonámbula ilustración me pide
una regadera del terreno lunar
alzo mi lanza, que soy el marfil.

Piérdete en el mundo de los ateos religiosos
entre las nubes polvorientas del cutáneo
el único vivo que puede brincar en dos cuerdas
jugando como cuando la niña era niña
¿Acaso ya se extinguió la inocencia?
Piérdete si tú ya no eres niño.