jueves, 30 de octubre de 2008

Narcolepcia

I

¿Cuántos sueños marchitos se funden a las puertas de los dolientes?, ¿Cuántos susurros han proferido nuestras manos?
Infinitos, infinitas magnitudes, sudor y lagrimas, sangre y carne destrozada en las manos de los que traicionaron nuestra guía.
Tan claro como la luna que mengua pero ilumina la negra locura de donde emanan la postulas de mi alma tan oscura.
Y los grilletes oxidados por la sangre de tus manos fingiendo que no hay engaño. ¡oh la negra blasfemia que se encuba entre mis entrañas!

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