jueves, 6 de mayo de 2010

El sitial roto

I

¿Donde yace el quebranto yelmo?
En qué lugar se arremolina copiosa la sabia,
y la lanza cae despedazada?

¿Donde el príncipe se arrebata agonizando?
¿En cuál destronada balada se cantara su pesar, y el mío
y el de su reino?

¿Donde está el edicto celestial, bajo el cual su eterno pueblo se prolongaba?
En que lastimero brazo, estuvo sentenciado su lúgubre destino
Que funesto designio, profirió en labios misericordiosos su final?

Ya solo queda el loor, de un abatido pueblo
Un solo instante de estrellas agónicas reclamantes
Dos vistazos de una luna roja, que alzase por su otrora reino

Y la corriente que se eleva, repicando en blasones sangrientos
Donde las fanfarrias le lloran a sus muertos,
Y los vástagos entierran a sus padres, y las madres reclaman las bastardías del nuevo y victorioso dios





II


El nuevo padre comanda el trono
Y su frente se corona en la guirnalda de tus ancestros
Su fétida planta arremete al suelo que los vio nacer
Y la lasciva lengua desmorona la piedra, y consagra su verdad

La tierra te llora y el cielo se quiebra en tu pesar
El universo retembla, cuando los espurios labios resuenan el cuerno
Las doncellas se inmolan, antes de caer desvergonzadas ante el sátiro enemigo

EL suelo se extiende escorificado, bajo su labriego, y las plantas prefieren morir
Antes que adornar el reino arrebatado

Tu pueblo lentamente se extingue, y la mirada juiciosa del cosmos
nos prepara a tu encontrar
Espéranos en tu trono de nácar, y oro sempiterno, príncipe del ahora tu reino el firmamento"

“Hacia los palacios eternos de tu raza, vuela cobijado, en el heraldo de tu ominoso linaje, atisba, con valor tu reino centelleante, velo renacer tal vez algún día bajo la ceniza del burlesque y de la roca, suena el cuerno de guerra, y cabalga una vez más en la memoria de los bienaventurados “

martes, 4 de mayo de 2010

Marea consecuente de una bella porcelána.

De seda y porcelána la madrugada
luz pequeña apenas mortecina
despeñadero navajo para las bestias.

Amanecer neptuno
caleidoscopio de su suelto cabello.

De su tragedia, su comedia
asalto al veraniego ritual.

Mentor de fumarola
de faro de jardín
dieciócho percepciones ilegíbles.

La que unge
detona y serena grotescas hordas del desierto.

Signa con sagrado óleo las tempestuosas borrascas.