martes, 4 de noviembre de 2008

Narcolepsia II

Mi sueño se amortaja con una neblina roja, roja como mi sangre, roja como el ardor de las llamas; Llamas de sangre que cantando arden y que cuando se van solo dejan cenizas negras como la muerte, negras como mi alma.

Rojas almas de negra condena, pasión negra, pasión roja de tanta carne ¡oh miseria de la vida!

Y es que la gravedad del sueño comprime mi razón, y arroja una visión que ni la cicuta aleja de mi mente quebradiza: la danza de Kali, el girar del final que desnuda nuestras almas y desgarra la mente en la premura del olvido

¡Pero la venganza del olvido es la desolación del espíritu!

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