domingo, 5 de septiembre de 2010

Tlaltecuhtli

Lamento de las noches serpientes de tus noches obsidianas, torrentes de luz inundan tu danza mítica que atraviesa el eco de la aurora.

Infinitos desiertos de jade brillan a la sombra de la iguana celeste, ritos de madrugada sobre peyote marino embellécen la catársis de tu música.

De noche las estrellas retumban una a una, el cadáver de la galaxia viaja a Mictlán.

Invocas el ojo desnudo del quetzal humano y saltas de éste mundo a otro, revuelas e incendias las conciencias mortales que vagos fenecen ante ti.

Y asi la furia del viento se llena de vida al poseer los plumajes de tu espíritu de diosa.

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