Lamento de las noches serpientes de tus noches obsidianas, torrentes de luz inundan tu danza mítica que atraviesa el eco de la aurora.
Infinitos desiertos de jade brillan a la sombra de la iguana celeste, ritos de madrugada sobre peyote marino embellécen la catársis de tu música.
De noche las estrellas retumban una a una, el cadáver de la galaxia viaja a Mictlán.
Invocas el ojo desnudo del quetzal humano y saltas de éste mundo a otro, revuelas e incendias las conciencias mortales que vagos fenecen ante ti.
Y asi la furia del viento se llena de vida al poseer los plumajes de tu espíritu de diosa.
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