jueves, 8 de enero de 2009

Llámame a la casa de las sombras muertas para que al fin reclame mi remanso,
Llámame a la Estigia columna que recorre el umbroso Hades
donde mis púrpuras lágrimas alimentarán los sopores y sollozos eternos...

Mira que mi alma se acongoja y reclama el trono palpitante que abajo le espera
¡Vamos desata ese cordonzuelo de plata y libera mi alma!
Debo caer para tomar el fruto de la vida, su inevitable fin

Porque soy el verbo de la muerte, porque soy el consorte de Ereshkigal

¡Soy la sombra de la guerra
y la mancha negra que se acerca!
Llamadme por mi nombre: ¡Nergal!

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