lunes, 26 de enero de 2009

CARNE Y PIEDRA




A propósito de mí
he fundado una barrera
donde         nada
ni nunca                ni un poco
pueda alcanzarme.


He dibujado en mi interior
una muralla invulnerable
que no me permita
bajo ninguna circunstancia
         tocarme.


Ni siquiera rozar discretamente
con la punta de la mano interna
         profunda.


He colocado una barrera que
no esquiva sus deberes y divide,
         sin escrúpulos
a mí                            de mí.


A lo de adentro y a lo de afuera.
A lo que rige y a lo que ejecuta.
A la carne de la piedra.


Que nunca    jamás    nunca,
la fingida democracia les haga
copular en mi detrimento.


Que se salven como su
soberanía les dé a entender,
que dividan reinos y causas.


Que se olviden la una de la otra
como debió haber sido
desde El Principio.


Que se toquen con el
motivo    Único,    Inmutable
de conocerse, desdeñarse
         y bien morir.

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