miércoles, 23 de febrero de 2011

Geografía de una musa

Geografía de una musa

En el alfeizar de tu vientre aguarda el divino cáliz, un ilustre portento hecho a la medida de mis labios, en tus ojos orbita la paz de blasones níveos y radiantes centellas, en la cabellera llevas el estandarte de afrodita, dichosa hija suya, Venus en mi atónita mirada, de tus tersos labios el sirope se derrama, sin embargo yace encriptado bajo la llave de la más pura sobriedad, en tu verbo, se yergue el credo de mi alma, a tu cálido andar consagro mi mirada, musa de las mil insolencias abruptas, de la voluntad inquebrantable.

Fantasma inoportuno que acongojaste mi soñar; aférrate de mis manos, andemos en la senda del véspero paraíso, ámbar de mis entrañas, carcelero ingrato de mi corazón amalgamado.

Descansare sobre tus piernas, mientras el ocaso de los dioses se empecina en alcanzarnos.

Escudriñare tu cóncava espalda, será el hogar de mis suspiros.

De tu cara me cuidare de aquellos ojos, capaces de otorgar la redención, ó el más profundo abismo.

En ese rostro buscare la macula, fiel recordatorio de tu ser

En mis brazos tu cuerpo descansara, cuando seamos uno mismo y hasta el aberrante despertar.

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