lunes, 21 de junio de 2010

El recinto sereno del paraíso

Mictlán se encontraba en el barrio chino
donde la orquesta fue detenida antes de la aduana matutina.

Allí el café era más negro que los gatos
dulcemente amargo como tu mirada bruja.

Desperté en el lado nocturno de la aurora
Rimbaud y Verlaine besaban sus cuerpos opulentos
atestados de poesía.

La bala mal dormida llegaba de tu beso
beso efímero que emana tu sangre.

Hablo de ti
recinto sereno del paraíso, escalinata fugáz
refugio para bestias.

Necesito tu mordaz soberbia para mi tedio
la odisea de tus lunas
el idilio de tu nombre.

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