En cuyo homogéneo retrato vaticina la próxima invasión al litoral reminiscente y subleva desorbitadamente las lánguidas aguas con el barrunte magno de su todopoderosa conspiración delictivamente cósmica.
Arbotante y despiadada, la sutil esfera de brisas luneras, roe el paso de las esporas marinas que bajo la grácil tela de su febril manto revisita el tan venerado amparo.
Oráculo, profetízame y póstrate a la natura platónica.
Vocifera y crepita silenciosa en la llana luna imperial que te pertenece, y extravía aquél homogéneo retrato para la próxima invasión.
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