Danzar contigo es como la fa que se desquita. El hálito nos invita hasta retroceder en la siguiente casilla. Levantas el vuelo como pájaro solitario e inicias con la jugada de peón marino. Posees mi mano, la arrebatas de mis brazos y la entrecruzas con las yemas de tus dedos. Inclinas el cuerpo y te mueves con la pieza sin renconres. Dos puntos: la sombra nos observa para encerrarnos en su pesadilla. Siguen los dos puntos, y el cobrizo de tu piel se injerta en mi conciencia, un trasplante de glándula.
La sombra es el recuerdo íntimo de los danzones del siglo pasado. Bailando nos entendemos, y también los rencores se aparecen en el cuadro de la acción. Muévete, me dices, no queremos que esta noche nos detenga la culpa de un amor que nunca fue. Eres el viento de Thor, Loki no te hará nada malo. Lo observas. Desprendes de mi cuerpo tu fría mano y de tu espalda aparece una espada. La desnudas de su guardián y con sincero arrepentimiento te acercas al enemigo. Lo apresas, lo acosas como licántropo y sin suspiros ni ademanes, alzas la espalda hacia la mitad del mundo, y sin desmoronos le trazas el destino que debe llevar en toda su incógnita vida. Desploma, retuerce de dolor... el fuego de su espíritu lo consume a sí mismo.
Armonía, mueves la pieza a tu costado, nos retrocedemos: acordes mágicos. Detienes el paso, me posees de nueva cuenta, te haces de mi mente como si fuese el cofre de Pandora y desarmas el cuerpo frío de esta doncella. La devoras en menos de dos noches y el aplauso concluye con un adiós. Danzar contigo es como destituir a fa. Fue un placer haberte conocido en el tango de Loki.
La sombra es el recuerdo íntimo de los danzones del siglo pasado. Bailando nos entendemos, y también los rencores se aparecen en el cuadro de la acción. Muévete, me dices, no queremos que esta noche nos detenga la culpa de un amor que nunca fue. Eres el viento de Thor, Loki no te hará nada malo. Lo observas. Desprendes de mi cuerpo tu fría mano y de tu espalda aparece una espada. La desnudas de su guardián y con sincero arrepentimiento te acercas al enemigo. Lo apresas, lo acosas como licántropo y sin suspiros ni ademanes, alzas la espalda hacia la mitad del mundo, y sin desmoronos le trazas el destino que debe llevar en toda su incógnita vida. Desploma, retuerce de dolor... el fuego de su espíritu lo consume a sí mismo.
Armonía, mueves la pieza a tu costado, nos retrocedemos: acordes mágicos. Detienes el paso, me posees de nueva cuenta, te haces de mi mente como si fuese el cofre de Pandora y desarmas el cuerpo frío de esta doncella. La devoras en menos de dos noches y el aplauso concluye con un adiós. Danzar contigo es como destituir a fa. Fue un placer haberte conocido en el tango de Loki.
1 comentario:
o.O
no me canso de leerte dianis :)
siempre me sacas algo nuevo y bonito (casi siempre..)
cuidate! =D
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