Dêsîderium Aeternum
Seguí su canto profundo en la alborada, los ecos solares que rasgaban el color, partiéndolo cristalizado, ceñido a la nada, la incoherente satisfacción umbilical destruida, el placer aberrante y antitético alzando sus portentos siempre encaminados hacia la orilla de un mar viscoso, un mar muerto que no se comporta, que solo ruge, que solo me enviste, que solo despedaza mi cuerpo aniquilado, que toma mis miembros y los deja flotar levemente, que rosa su espumoso éxtasis sobre mi cara, que algunas veces lleva consigo otros pedazos, retazos de cuerpos, de sueños, de esperanzas nulas, de verdades inequívocas, y universales, pero falsas, faltas de fe y de cordura, simple palabrería atona, simplemente un cuerpo extasiado en el estertor agónico de su partida, una conciencia reminiscente que se cansa de renacer, que decide sentirlo un poco mas, que decide anclar su memoria, y lo logra, solo por poco se le va de entre los dedos acalambrados, cuales tentáculos de su forma primigenia, de su protoexistencia como ser inequívoco del vacío, y asi vive y reanima, proyecta y ensalza sus grandes vidas, sus innumerables ayeres, sus cuantiosos logros, vidas efímeras que no logran asirse a su corazón, uno apertrechado con remaches de oxido flamígero, con alegorías titánicas, con música de silencio, donde la pauta caracol se extiende como su mano yaciente ante el océano, donde su infancia se va arremolinada en el Helter Skelter, donde los lucífugos personajes de su inexiste vida se vuelven famosos, allí acurrucado sosteniendo una Quasi-eterna posición fetal, yaciendo en un charco de liquido amniótico, ahorcándose en su propio cordón, tratando de parar el vasto llano de lagrimas en el que habrá de encarnar, solo para hacerlo otra ves, solo para ser la voluntad de una karmika conciencia, disfrutando este como si fuera su ultimo aliento, como si su energía pudiera al fin descansar y no renacer, no mas!, aun en mil cuerpos habrá de llorar, y amar, y clamar, y tenerla a ella siempre en alto, ella la que nunca lo recoge, la que lo manda a morar de nuevo, a aprender nuevas lenguas, y costumbres. Que daría por ser simple humus en el vacío… lo que daría por ser nada, por se la ola que se lleva su carne, ser la sal que devora sus entrañas, ser el arma que termine con su alma, ese regalo imperecedero que lo ata eterno, seria pues solo un sueño, uno virgen, uno que se devoré a si mismo, y lo termine… hasta las estrellas mueren algún día, podría tal ves ser una, un remolino, una cumbre que se despedazara ante el martillar del tiempo, una nada, debería haber nacido como bruma y perderme antes los rayos de cada sol.
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