No queda piedra sobre piedra
Sólo la rota memoria
No quedan ya las ilusiones
Sólo... una pila hecha de eones.
El golpe de tambores se ha ido,
Lejos a tierras aún vivas
Aquí solo renacen las moscas
solo deambulan aun las fatigas
Hojarascas doblemente muertas
Charcos de cenizas mezcladas con arena
Vinos olvidados bajo las tejas
El crujir de la muerte ajena
Resplandor de materia funesta
Lajas todas cubiertas de lágrimas
Estribillo de mis lamentaciones
Lagarto de mente suicida
Un espectro sin limitaciones
Testimonio de nuestras vidas
Se necesita un maestro
Para descifrar la abogacía de las ruinas
Que es como un secuestro
¡Oh, Sol que todo iluminas!
Bajo la sombra de nuestros días
Dime si algún día regresarán nuestras risas
O, como si de polvo fueran se borraran
Nuestras huellas sobre las colinas
Y sólo nuestras ruinas nos sobrevivirán
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