Noche estrellada
El cielo se rasgó metálico, el verde nocturno arrasó los últimos colores, y una lechuza revoloteó en círculos; advirtiendo. Pero los ojos necios se mofaron y siguieron su camino. Se ajusto la chaqueta, arreglo su cabello y manejo rápidamente queriendo dejar al tiempo atrás, lográndolo, solo en instantes en que el pesado parpadeo lo incitaban a estrellarse ante el primer bastión de concreto, pero no pudo, su mano es débil, y su sonrisa lo delata, llegó al lugar donde las sombras se apretujaban sin nombre, en aquel apetecible, y mugriento whiskey bar, comenzó pidiendo rondas, una y otra más, todas destinadas a olvidar, pero el destino lastimero obra de maneras insospechadas, y las sendas se cruzaron, de eso nada más se recuerda, todo le quedo nublado en la cabeza retacada de alcohol y resaca malograda, sus brazos estaban lacerados, al parecer había luchado toda la noche, una batalla infernal contra los demonios que dejo escaparse de su retorcida mente, de el podrido y fétido umbral de hierros que es su cabeza. De nuevo se encontró viajando, el tren le dejaba ver la campiña mancillada por la lluvia melancólica del verano, donde el gris se apodera de los cielos y los corazones, llego a la urbe atestada, tan materna, tan cálida en su bullicioso vaivén. Fue a los lugares de siempre, visitó los cafés de antaño, y bebió en el bar de su pasado, “recuerdos”, se preguntaba; solo historias de las vidas, y horizontes destrozados, empinó el último sorbo de vino y la vio en la acera, caminando tan única como solo ella, como su psique la había idealizado; tan perfecta, tan cálida, rebelde, y a la vez frágil, virginal. Apago el cigarrillo en su brazo y corrió a alcanzarla, pero era solo humo, solo una imagen destartalada de la demencia que ahora lo acosaba, se encontraba de nuevo en casa, despertando de sueños que se apresuraban tan reales que lo asfixiaban, donde ella aun estaba a su lado, donde podía abrazarla, y el despertar se volvió en su carga, y cada día pedía alto en el firmamento no abrir los ojos, tenderse a yacer eternamente, sumergido en sueños devorados, y de nuevo la ventana le destrozo el temple, una estrella cayó, regurgitada de la negrura del cosmos, y se desvaneció fulgurante, excitantemente vertiginosa, y las señales le colmaron la coherencia, y así mientras su ser se desvivía en las caricias melancólicas, del ahora un antes inexistente karma, se proyecto de su cuerpo y tomo al astro antes de que este tocara los suelos, y lo atesoro, quedándose con sus estrellas, veladas en el interior de su coraza carmesí, sufriendo el desgarrador fuego fatuo de la ahora: “su estrella onírica”.
jueves, 29 de julio de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
A broken letter
A broken letter
No estoy seguro como empezar esta letra. Como demostrar cosas perdidas en la impureza de los actos, de hombres invirtuosos que se encaminan corruptos en sus caminos, el recuerdo de tu detrimento despedaza mi estabilidad, lo repaso una y otra vez en mi cabeza, sucesos que no debieron pasar, marchitas sean las horas en las que el daño fue hecho, el arrepentimiento ahora no vale nada, el perdón carece de sentido, las elecciones las has tomado ya, y ahora que extirpado he sido de tu vida, y tu memoria, de tu piel y su calor, me voy, no volveré a molestarte jamás oh Venus mía, todo lo que me pediste lo cumpliré, me alejare, pero tu recuerdo habré de atesorar, pues en mis sueños aun deambulamos en la senda, y tu risa sigue iluminando el vacio, me largo ya me quedare con mis estrellas; Todo fue un gran sueño.
No estoy seguro como empezar esta letra. Como demostrar cosas perdidas en la impureza de los actos, de hombres invirtuosos que se encaminan corruptos en sus caminos, el recuerdo de tu detrimento despedaza mi estabilidad, lo repaso una y otra vez en mi cabeza, sucesos que no debieron pasar, marchitas sean las horas en las que el daño fue hecho, el arrepentimiento ahora no vale nada, el perdón carece de sentido, las elecciones las has tomado ya, y ahora que extirpado he sido de tu vida, y tu memoria, de tu piel y su calor, me voy, no volveré a molestarte jamás oh Venus mía, todo lo que me pediste lo cumpliré, me alejare, pero tu recuerdo habré de atesorar, pues en mis sueños aun deambulamos en la senda, y tu risa sigue iluminando el vacio, me largo ya me quedare con mis estrellas; Todo fue un gran sueño.
sábado, 17 de julio de 2010
Psicotrópico #2 Vol. E
Sueño impuro
imperfecto de los Buda.
Soy el cáliz que se hace sombra
y tu la víspera ferviente de mi exceso.
La difusa lluvia de consagrados templos.
Portadora única de mi aquelarre.
Sirena pagana, en tus labios existe opio
estruendos, ocasos Marroquís, guerreros Turcos
mortuarios territorios de tu Babilónica carne.
Escarlata carne.
Historia de mis insípidos relatos, de mis putas prosas
mal nacidas, mal paridas.
Malvadas poesías.
Trapecista de los obituarios que nace en el ojo absuelto
de la tertulia Americana, manía hortera del pecado imaginario.
Voz oscura de hierba, la madre tierra inhala tu alma.
imperfecto de los Buda.
Soy el cáliz que se hace sombra
y tu la víspera ferviente de mi exceso.
La difusa lluvia de consagrados templos.
Portadora única de mi aquelarre.
Sirena pagana, en tus labios existe opio
estruendos, ocasos Marroquís, guerreros Turcos
mortuarios territorios de tu Babilónica carne.
Escarlata carne.
Historia de mis insípidos relatos, de mis putas prosas
mal nacidas, mal paridas.
Malvadas poesías.
Trapecista de los obituarios que nace en el ojo absuelto
de la tertulia Americana, manía hortera del pecado imaginario.
Voz oscura de hierba, la madre tierra inhala tu alma.
viernes, 9 de julio de 2010
Psicotrópico #2 Vol. S
Irredenta como la mescalina
escudriñas el mediterráneo valle.
Dramaturga soprána de cientos de vientos novilunios.
Pretzel pequeña ninfa misógina
que éstas luces no palidecen.
Son cosmovisiones eruditas del cosmos
y de las nubes orbitando tu cuerpo.
Macilentas tus bellezas, opulentas tus deidades
traslaciones de tu psicotrópico árabe.
Majoun de curandera, de bruja, de perversa hilaridad.
Sólo clarividencia de revólver egipcio
he visto mi universo infestarse de camellos
de cimitarras y cíclopes del desierto.
Mariposa de obsidiana detén el llanto del laúd.
escudriñas el mediterráneo valle.
Dramaturga soprána de cientos de vientos novilunios.
Pretzel pequeña ninfa misógina
que éstas luces no palidecen.
Son cosmovisiones eruditas del cosmos
y de las nubes orbitando tu cuerpo.
Macilentas tus bellezas, opulentas tus deidades
traslaciones de tu psicotrópico árabe.
Majoun de curandera, de bruja, de perversa hilaridad.
Sólo clarividencia de revólver egipcio
he visto mi universo infestarse de camellos
de cimitarras y cíclopes del desierto.
Mariposa de obsidiana detén el llanto del laúd.
jueves, 1 de julio de 2010
Psicotrópico #2 Vol. L
Púrpura tormenta sonóra
y rituales de laudáno embellecen
las arenas mordáces de tu endeble existencia.
Cósmica eres
hachís y vaho en el sueño atmosférico
de la segunda luna del Dios Samurai
susurran a tu oído el reflejo líbido de la inconsciente emboscada
por ti practicada.
Desesperada buscaste aliento infrahumano
en vertiginosos recuerdos repletos de tumbas ocres
halos de luz y palíndromes sombríos.
Eres la danza puritana del simbolismo Otománo
morfina ecléctica de sutil engaño.
y rituales de laudáno embellecen
las arenas mordáces de tu endeble existencia.
Cósmica eres
hachís y vaho en el sueño atmosférico
de la segunda luna del Dios Samurai
susurran a tu oído el reflejo líbido de la inconsciente emboscada
por ti practicada.
Desesperada buscaste aliento infrahumano
en vertiginosos recuerdos repletos de tumbas ocres
halos de luz y palíndromes sombríos.
Eres la danza puritana del simbolismo Otománo
morfina ecléctica de sutil engaño.
martes, 29 de junio de 2010
Psicotrópico #2 Vol. I
No sin antes emancipar mis demonios
No sin antes volver mi mente al polvo del teatro.
(Epifanías de poeta nómada)
Sabré de corceles de carnaval
No sin antes ver tu rostro en el profundo réquiem.
(Letargo de emperador)
Babel y los herejes de tus senos de atardeceres rojos
Las ninfas eróticas de la lumbre de tus ardientes tristezas
Navegan en la tierra de los laberintos.
Tierra hermana de sortilegios
Pecado mundano vuelto mujer
Nocturno palíndrome, excusa ésta gracia que hiere las pieles de cordero.
Conjuro! Haz lanzado un conjuro en una hipnosis etérea
Yo que dispuesto aspiro de tu opio
Cierro los ojos esperando la catársis gitana.
No sin antes volver mi mente al polvo del teatro.
(Epifanías de poeta nómada)
Sabré de corceles de carnaval
No sin antes ver tu rostro en el profundo réquiem.
(Letargo de emperador)
Babel y los herejes de tus senos de atardeceres rojos
Las ninfas eróticas de la lumbre de tus ardientes tristezas
Navegan en la tierra de los laberintos.
Tierra hermana de sortilegios
Pecado mundano vuelto mujer
Nocturno palíndrome, excusa ésta gracia que hiere las pieles de cordero.
Conjuro! Haz lanzado un conjuro en una hipnosis etérea
Yo que dispuesto aspiro de tu opio
Cierro los ojos esperando la catársis gitana.
lunes, 21 de junio de 2010
El recinto sereno del paraíso
Mictlán se encontraba en el barrio chino
donde la orquesta fue detenida antes de la aduana matutina.
Allí el café era más negro que los gatos
dulcemente amargo como tu mirada bruja.
Desperté en el lado nocturno de la aurora
Rimbaud y Verlaine besaban sus cuerpos opulentos
atestados de poesía.
La bala mal dormida llegaba de tu beso
beso efímero que emana tu sangre.
Hablo de ti
recinto sereno del paraíso, escalinata fugáz
refugio para bestias.
Necesito tu mordaz soberbia para mi tedio
la odisea de tus lunas
el idilio de tu nombre.
donde la orquesta fue detenida antes de la aduana matutina.
Allí el café era más negro que los gatos
dulcemente amargo como tu mirada bruja.
Desperté en el lado nocturno de la aurora
Rimbaud y Verlaine besaban sus cuerpos opulentos
atestados de poesía.
La bala mal dormida llegaba de tu beso
beso efímero que emana tu sangre.
Hablo de ti
recinto sereno del paraíso, escalinata fugáz
refugio para bestias.
Necesito tu mordaz soberbia para mi tedio
la odisea de tus lunas
el idilio de tu nombre.
domingo, 20 de junio de 2010
Radiante
Radiante
Epístola de todos los santos y mi cóncava idolatría
Astro vespertino, de inalcanzable aliento y crepuscular antagonia
Y que de cuantiosa extensión, el tuyo cuerpo se describe en clásicas
grecas estribaciones
De meridional y tétrica apología, de los vastos templos formados a tu gracia
Por los ojos escarlatas, de insondable ensañamiento, vuelta un retrato efímero, y agobiante,
Inmolado en belleza pura, simple y terrenal, Erigida en pilares sacros, semidivinos, y reverenciales
En las vueltas de la merced tortuosa, y las alas azabaches que dé la espalda brotan ennegrecidas
Que Ni en tu corona de espinosos cedros, se repelen espantados, en ese dios perecedero que en
vuestro mancillado seno se acongoja
Vuélvete a la mar de sus desgracias, cae del cielo, y fecunda el vasto embravecido
Canta por sobre sus crestas y saluda al marinero, trama canciones de leyenda, y llévalo a morar
Ahí dentro profundo, a donde el ahogado espectro los escuche
Funesta eres entre todas las mujeres y maldito sea el podrido fruto de ese vientre en virtud
Apaga el nauta y a su llanto, llévalo a zozobrar, pero teme el relámpago del celeste
Que algún día os castigue haber nacido espuria, y femenina, mas teme más a vuestra prole
Que comande los destinos de los hombres, que soslaye en sus negras ataduras, el futuro
Maquinante de un paterno endemoniado y triste firmamento.
Epístola de todos los santos y mi cóncava idolatría
Astro vespertino, de inalcanzable aliento y crepuscular antagonia
Y que de cuantiosa extensión, el tuyo cuerpo se describe en clásicas
grecas estribaciones
De meridional y tétrica apología, de los vastos templos formados a tu gracia
Por los ojos escarlatas, de insondable ensañamiento, vuelta un retrato efímero, y agobiante,
Inmolado en belleza pura, simple y terrenal, Erigida en pilares sacros, semidivinos, y reverenciales
En las vueltas de la merced tortuosa, y las alas azabaches que dé la espalda brotan ennegrecidas
Que Ni en tu corona de espinosos cedros, se repelen espantados, en ese dios perecedero que en
vuestro mancillado seno se acongoja
Vuélvete a la mar de sus desgracias, cae del cielo, y fecunda el vasto embravecido
Canta por sobre sus crestas y saluda al marinero, trama canciones de leyenda, y llévalo a morar
Ahí dentro profundo, a donde el ahogado espectro los escuche
Funesta eres entre todas las mujeres y maldito sea el podrido fruto de ese vientre en virtud
Apaga el nauta y a su llanto, llévalo a zozobrar, pero teme el relámpago del celeste
Que algún día os castigue haber nacido espuria, y femenina, mas teme más a vuestra prole
Que comande los destinos de los hombres, que soslaye en sus negras ataduras, el futuro
Maquinante de un paterno endemoniado y triste firmamento.
Pink Panther
Si fuera profundo como el Jazz
poderoso como el Blues y el Texas Radio and the big beat!
Sería capaz de sostener en mi mente el recuerdo lejano
qué el relámpago de su voz dejó.
Y la duna del instante se redujo a estruendo
lo mismo que un lamento lascivo de su boca
suplicando a la tormenta rosa un nuevo viaje al desierto.
Por momentos vió la sombra del "cherokee" y del "red skin".
Bourbon de carretera hacia la pantera
fue plegaria inmaculada
dentro del cerezo de carmín.
Qué fuera de este mundo sin la locura?
sin las cosmogonías de su delicada piel.
poderoso como el Blues y el Texas Radio and the big beat!
Sería capaz de sostener en mi mente el recuerdo lejano
qué el relámpago de su voz dejó.
Y la duna del instante se redujo a estruendo
lo mismo que un lamento lascivo de su boca
suplicando a la tormenta rosa un nuevo viaje al desierto.
Por momentos vió la sombra del "cherokee" y del "red skin".
Bourbon de carretera hacia la pantera
fue plegaria inmaculada
dentro del cerezo de carmín.
Qué fuera de este mundo sin la locura?
sin las cosmogonías de su delicada piel.
"Al son de la cubana noche"
Y es que en mi mente ya existías, y deambulabas eclíptica entre manchones de corrupta tinta, se que ya vivías ahí, infantil y acurrucada entre velos de carmesí, y plata resplandeciente, nunca pude ver tu rostro, pero ya eras mía, de mi mente, de la efigie nostálgica que solía visitarme en los callejones apagados del olvido, en la ciudad incorpórea que se extiende infinita en el cabal de mis pensamientos, solo cuando te conocí aquel viernes supe que eras tú, y la efigie paso a tener rostro, alma y nombre, y el jazz somnoliento te acercaba a mis devastadas palmas, y creí conocerte de nuevo, en aquel venerado astro en que te convertiste, radiante, escarlata, e ilegitimo, pero tal vez mi débil visión cubría en verdad tu rastro, las lentezuelas rotas de mis ojos no dejaban definir aun bien tu silueta, esbozarme tu sonrisa, acércame a tu aliento, apartar tu cabello, y oler tu terso cuello, donde tres estrellas se acumulan, en una fastuosa galaxia, única y sibilante, debo entonces agradecer a cuba y su sabor, el verdadero color de el tuyo rostro, y como olvidar esa magnífica luz de la Habana, que en su mentolado, brillo metálico, te desvelo, ahí, pura e inmaculada, tierna y tan fuerte, olvidar aquella fatua luz, esos momentos de noches interminables, de besos robados, otorgados y amalgamados, donde la bulliciosa y etílica Habana, abrió el acongojado y temeroso musculo que te repalpita en el níveo pecho “una roja flor para un purpureo corazón”
lunes, 7 de junio de 2010
Zar
Ecuánime fortunata de los bacanales Macedonios
Fontana rústica plebeya hija de placenta meridiana
Jornada Rusa de terciopelo gris
Gris oso.
Osco umbrío homogénico
Dios ámbar del padre escarlata
Reliquia ecléctica de plata
Mujer de semblanza lunar habla de vitrales gatunos.
Matanzas mudas propensas al zar
Devorando el camino de sus ojos
Su mirada juventina de los aquelárres siberianos
Es beluga, es mar.
El mistiscismo abierto del pordiosero hambriento
Sufre del prisma escueto del ángulo de su rodilla
Misma que retumba al cantar del balcán.
Fontana rústica plebeya hija de placenta meridiana
Jornada Rusa de terciopelo gris
Gris oso.
Osco umbrío homogénico
Dios ámbar del padre escarlata
Reliquia ecléctica de plata
Mujer de semblanza lunar habla de vitrales gatunos.
Matanzas mudas propensas al zar
Devorando el camino de sus ojos
Su mirada juventina de los aquelárres siberianos
Es beluga, es mar.
El mistiscismo abierto del pordiosero hambriento
Sufre del prisma escueto del ángulo de su rodilla
Misma que retumba al cantar del balcán.
jueves, 6 de mayo de 2010
El sitial roto
I
¿Donde yace el quebranto yelmo?
En qué lugar se arremolina copiosa la sabia,
y la lanza cae despedazada?
¿Donde el príncipe se arrebata agonizando?
¿En cuál destronada balada se cantara su pesar, y el mío
y el de su reino?
¿Donde está el edicto celestial, bajo el cual su eterno pueblo se prolongaba?
En que lastimero brazo, estuvo sentenciado su lúgubre destino
Que funesto designio, profirió en labios misericordiosos su final?
Ya solo queda el loor, de un abatido pueblo
Un solo instante de estrellas agónicas reclamantes
Dos vistazos de una luna roja, que alzase por su otrora reino
Y la corriente que se eleva, repicando en blasones sangrientos
Donde las fanfarrias le lloran a sus muertos,
Y los vástagos entierran a sus padres, y las madres reclaman las bastardías del nuevo y victorioso dios
II
El nuevo padre comanda el trono
Y su frente se corona en la guirnalda de tus ancestros
Su fétida planta arremete al suelo que los vio nacer
Y la lasciva lengua desmorona la piedra, y consagra su verdad
La tierra te llora y el cielo se quiebra en tu pesar
El universo retembla, cuando los espurios labios resuenan el cuerno
Las doncellas se inmolan, antes de caer desvergonzadas ante el sátiro enemigo
EL suelo se extiende escorificado, bajo su labriego, y las plantas prefieren morir
Antes que adornar el reino arrebatado
Tu pueblo lentamente se extingue, y la mirada juiciosa del cosmos
nos prepara a tu encontrar
Espéranos en tu trono de nácar, y oro sempiterno, príncipe del ahora tu reino el firmamento"
“Hacia los palacios eternos de tu raza, vuela cobijado, en el heraldo de tu ominoso linaje, atisba, con valor tu reino centelleante, velo renacer tal vez algún día bajo la ceniza del burlesque y de la roca, suena el cuerno de guerra, y cabalga una vez más en la memoria de los bienaventurados “
¿Donde yace el quebranto yelmo?
En qué lugar se arremolina copiosa la sabia,
y la lanza cae despedazada?
¿Donde el príncipe se arrebata agonizando?
¿En cuál destronada balada se cantara su pesar, y el mío
y el de su reino?
¿Donde está el edicto celestial, bajo el cual su eterno pueblo se prolongaba?
En que lastimero brazo, estuvo sentenciado su lúgubre destino
Que funesto designio, profirió en labios misericordiosos su final?
Ya solo queda el loor, de un abatido pueblo
Un solo instante de estrellas agónicas reclamantes
Dos vistazos de una luna roja, que alzase por su otrora reino
Y la corriente que se eleva, repicando en blasones sangrientos
Donde las fanfarrias le lloran a sus muertos,
Y los vástagos entierran a sus padres, y las madres reclaman las bastardías del nuevo y victorioso dios
II
El nuevo padre comanda el trono
Y su frente se corona en la guirnalda de tus ancestros
Su fétida planta arremete al suelo que los vio nacer
Y la lasciva lengua desmorona la piedra, y consagra su verdad
La tierra te llora y el cielo se quiebra en tu pesar
El universo retembla, cuando los espurios labios resuenan el cuerno
Las doncellas se inmolan, antes de caer desvergonzadas ante el sátiro enemigo
EL suelo se extiende escorificado, bajo su labriego, y las plantas prefieren morir
Antes que adornar el reino arrebatado
Tu pueblo lentamente se extingue, y la mirada juiciosa del cosmos
nos prepara a tu encontrar
Espéranos en tu trono de nácar, y oro sempiterno, príncipe del ahora tu reino el firmamento"
“Hacia los palacios eternos de tu raza, vuela cobijado, en el heraldo de tu ominoso linaje, atisba, con valor tu reino centelleante, velo renacer tal vez algún día bajo la ceniza del burlesque y de la roca, suena el cuerno de guerra, y cabalga una vez más en la memoria de los bienaventurados “
martes, 4 de mayo de 2010
Marea consecuente de una bella porcelána.
De seda y porcelána la madrugada
luz pequeña apenas mortecina
despeñadero navajo para las bestias.
Amanecer neptuno
caleidoscopio de su suelto cabello.
De su tragedia, su comedia
asalto al veraniego ritual.
Mentor de fumarola
de faro de jardín
dieciócho percepciones ilegíbles.
La que unge
detona y serena grotescas hordas del desierto.
Signa con sagrado óleo las tempestuosas borrascas.
luz pequeña apenas mortecina
despeñadero navajo para las bestias.
Amanecer neptuno
caleidoscopio de su suelto cabello.
De su tragedia, su comedia
asalto al veraniego ritual.
Mentor de fumarola
de faro de jardín
dieciócho percepciones ilegíbles.
La que unge
detona y serena grotescas hordas del desierto.
Signa con sagrado óleo las tempestuosas borrascas.
domingo, 25 de abril de 2010
Magenta sirena del estoico paisaje
Miramientos y condenas de las terzas olas sedientas
arrivan todas en comunión Babilónica.
He esperado los infortunios de tu demencial canto bajo las piedras carmesí.
Buscado ya las escamas dentro de los pilares de tu encuentro.
Me he encontrado sólo elegías y sopor.
Destierros he visto también, obra del demonio boreal.
Carnicera del instánte, androide gitana del oleaje.
Evoca una vez más al gigante, habitante de la planeta histeria.
Maldito perezco y tú fina gota de menta me oyes ladrar.
arrivan todas en comunión Babilónica.
He esperado los infortunios de tu demencial canto bajo las piedras carmesí.
Buscado ya las escamas dentro de los pilares de tu encuentro.
Me he encontrado sólo elegías y sopor.
Destierros he visto también, obra del demonio boreal.
Carnicera del instánte, androide gitana del oleaje.
Evoca una vez más al gigante, habitante de la planeta histeria.
Maldito perezco y tú fina gota de menta me oyes ladrar.
viernes, 5 de febrero de 2010
Fragmentos del oriente
El sabio de Arabia
Los recuerdos se contraen fugazmente se encajonan y apilan en lugares insondables de mi memoria, al fin recuerdo que nunca me pregunte sobre la vida, alguna vez un balbuceo errante lo menciono: ¿que es la vida?, en esos tiempos mi atisbo no viajaba ni un momento y respondía: La vida es lo que es. Una frase ni siquiera cuidadosamente tramada, un simple reflejo imperceptible a mi raciocinio, un haz de palabras que se proyectaban derribando muros, y dejando la razón de la pregunta lejos en el horizonte. Cuando me volví errante, y mis viajes se llevaban pedazos de mi ser, donde en esas boyantes correrías apilaban nuevos momentos, gratos y terríficos instantes que lapidaban los recuerdos más antiguos, volviendo mi memoria una librería de plomo sobre arenas movedizas e infinitas, donde el intrépido tergiverso de mi ser, intentaba hilvanar alguna sola verdad, donde todo era mentiras que raspaban lujuriosas, y efímeras, donde los verdaderos momentos vividos se borraban olvidados, dejando pasos a fantásticas historias que colmaban la librería de pesado y anhelante plomo, de una alquimia insoluta. Cuando al fin estuvo lleno el gigantesco atrio metálico, fui llamado sabio, mi aberrante espíritu busco conforte en la solitud anacoreta de la sierra inexplorada, el ensimismamiento de mis pesares fungían como paredes inexorables, en lo más salvaje de la tierra, ese lugar en que las bestias parecía comprender mi pesado detrimento, el cual las atormentaban o tal vez solo las llenaba de pena lastimera, donde ni los feroces zopilotes se atrevían a escudriñarme, cuando un pedazo de cadáver maloliente, les parecía un manjar, comparado con la falacia de mi petulante senectud, ese lugar que vio el crecer de mi larga barba, aquella que se extendió nívea por sobre mi inamovible cuerpo, ese sitio, que anunciaba la gélida migración estelar, fue ahí que resulte un sabio, alguna mentira debió cubrirme de verdades, pues el hambre no me azoto jamás, la intemperie parecía también lamentarse a mi vista, y solo pasaba logrando esquivarme de a poco .Peregrinaciones incesantes arremetieron mi morada, fatuos Califas, y vapuleados mendigos me colmaban de preguntas, a cada uno respondía con alguna mentira enarbolada, y a los desdichados que perdidos se topaban conmigo, les revelaba la más pura verdad que su corazón pudiese anhelar, así pasaron las edades, los arboles morían en mi lugar, las montañas se ahondaban y alargaban, las estrellas, parecían ahora mas benevolentes, en verdad lo llegue a saber todo, ninguna pregunta perturbaba mi porte por más de unos instantes, fue hasta que el joven príncipe, Ahmud Asim, se presento ante mi, y logro maquinar la única pregunta que no le podía responder: Ho! Gran sabio, para que mi reino sea prospero, y grande entre todo Arabia, quisiera saber ¿Qué es la vida?.
Nadie supo exactamente las palabras obsequiadas al joven principe, pero su reino se levanto durante mil años, y su estrella aun brilla poderosa en el cielo del desierto
Los recuerdos se contraen fugazmente se encajonan y apilan en lugares insondables de mi memoria, al fin recuerdo que nunca me pregunte sobre la vida, alguna vez un balbuceo errante lo menciono: ¿que es la vida?, en esos tiempos mi atisbo no viajaba ni un momento y respondía: La vida es lo que es. Una frase ni siquiera cuidadosamente tramada, un simple reflejo imperceptible a mi raciocinio, un haz de palabras que se proyectaban derribando muros, y dejando la razón de la pregunta lejos en el horizonte. Cuando me volví errante, y mis viajes se llevaban pedazos de mi ser, donde en esas boyantes correrías apilaban nuevos momentos, gratos y terríficos instantes que lapidaban los recuerdos más antiguos, volviendo mi memoria una librería de plomo sobre arenas movedizas e infinitas, donde el intrépido tergiverso de mi ser, intentaba hilvanar alguna sola verdad, donde todo era mentiras que raspaban lujuriosas, y efímeras, donde los verdaderos momentos vividos se borraban olvidados, dejando pasos a fantásticas historias que colmaban la librería de pesado y anhelante plomo, de una alquimia insoluta. Cuando al fin estuvo lleno el gigantesco atrio metálico, fui llamado sabio, mi aberrante espíritu busco conforte en la solitud anacoreta de la sierra inexplorada, el ensimismamiento de mis pesares fungían como paredes inexorables, en lo más salvaje de la tierra, ese lugar en que las bestias parecía comprender mi pesado detrimento, el cual las atormentaban o tal vez solo las llenaba de pena lastimera, donde ni los feroces zopilotes se atrevían a escudriñarme, cuando un pedazo de cadáver maloliente, les parecía un manjar, comparado con la falacia de mi petulante senectud, ese lugar que vio el crecer de mi larga barba, aquella que se extendió nívea por sobre mi inamovible cuerpo, ese sitio, que anunciaba la gélida migración estelar, fue ahí que resulte un sabio, alguna mentira debió cubrirme de verdades, pues el hambre no me azoto jamás, la intemperie parecía también lamentarse a mi vista, y solo pasaba logrando esquivarme de a poco .Peregrinaciones incesantes arremetieron mi morada, fatuos Califas, y vapuleados mendigos me colmaban de preguntas, a cada uno respondía con alguna mentira enarbolada, y a los desdichados que perdidos se topaban conmigo, les revelaba la más pura verdad que su corazón pudiese anhelar, así pasaron las edades, los arboles morían en mi lugar, las montañas se ahondaban y alargaban, las estrellas, parecían ahora mas benevolentes, en verdad lo llegue a saber todo, ninguna pregunta perturbaba mi porte por más de unos instantes, fue hasta que el joven príncipe, Ahmud Asim, se presento ante mi, y logro maquinar la única pregunta que no le podía responder: Ho! Gran sabio, para que mi reino sea prospero, y grande entre todo Arabia, quisiera saber ¿Qué es la vida?.
Nadie supo exactamente las palabras obsequiadas al joven principe, pero su reino se levanto durante mil años, y su estrella aun brilla poderosa en el cielo del desierto
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